25/6/09

Talión

En el distrito portuario de alguna ciudad costera, allí donde el olor a pescado parece manar directamente de los adoquines, donde los borrachos beben de noche y duermen de día, donde deshacerse de un cadáver es tan fácil como arrojarlo al agua tras la puesta de sol, allí se ha cometido un crimen. En una calleja que desemboca directamente en el mar, un hombre de estatura mediana y vestido de oscuro asestaba un par de puñaladas a otro que yacía en el suelo, ahora moribundo, tiñendo el agua de rojo.

El homicida corrió en dirección opuesta, sabedor de haber cometido el crimen perfecto, como la mayoría de los que se perpetraban en esa caótica ciudad. Y debió haberlo sido, pero alguien lo vio todo. Vio las puñaladas, la muerte y la huida, vio al asesino, pero no pudo distinguirlo con nitidez entre la oscuridad, la niebla, el miedo y la rapidez con que todo se produjo. Y sobre todo no le detuvo, podía haberle increpado, haberse interpuesto entre él y la seguridad de las callejuelas, tal vez forzar otro fatal desenlace, pero la verdad es que le faltó valor, estaba oculto y no quiso descubrirse, no se atrevió, y se arrepentía.

Los días siguientes no dejaba de darle vueltas al asunto, pensando en el bastardo criminal que había salido indemne, en su propia cobardía, en el pobre hombre apuñalado, en la vida que tendría, en los hijos que dejó. Desesperado, atormentado y remordido, tomó la determinación de merodear por la zona hasta encontrar de nuevo al vil rufián, y ajustar cuentas por él y por aquellos que se habría llevado por delante.

No tardó mucho en encontrarlo, saliendo por la puerta trasera de alguna taberna. Supo que era él, a pesar de no recordar su rostro, logró distinguir su alma ennegrecida. Le emboscó tras una esquina, cuchillo en mano, y descargó la primera estocada. Se sintió muy bien, y hendió la carne una segunda vez, y una tercera. Escapó a la carrera, dejando tras de sí al antiguo malhechor.

Pero alguien lo vio todo.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quito el sombrero ante la mejorada versión del relato.
¿No cuelgas la pintura?
¿Habrá segunda parte?
Gracias por acordarte de mi este día.
Bessets

maba dijo...

ojo por ojo..

espiral de violencia...

muy bueno

besos

Sandra dijo...

Esto es la pescadilla que se muerde la cola... cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar.

Jum jum no se si es propio este refrán en este escrito tuyo, pero me ha molao escribirlo y lo he escrito, ea!. :P:P

Un kissss

Mary Lovecraft dijo...

Siempre hay alguien que lo ve todo, siempre, aunque sea nuestra propia conciencia.

un besote, me gustó mucho, ya sabes que soy oscura yo :)

¡muuuuuuak!

El extraño desconocido dijo...

Un bucle narrativo!. Podrías haber hecho un copy-paste y repetir exactamente la misma historia!

Por cierto, tiene un poco del famoso relato Howling Mine, no? :-D

Saludos

Marta dijo...

Un auténtico chapuzas. Vamos, que si has sido un cobarde (quién no lo es en algún momento) luego no vayas haciéndote el hombretón que la vas a cagar.

Fantástico!!

Ledicia dijo...

Ojo por ojo y el mundo acabará ciego, esa es la moraleja no? ;D

Lunaria dijo...

Esperemos saber qué le ocurrió al segundo asesino, Se tomará nuevamente la justicia por su cuenta el testigo?

Ailën dijo...

Es una pescadilla que se muerde la cola.

Y nunca mejor situado.



[jijijiji, acabo de leer que Sandra lo la llamado igual]

Yopopolin dijo...

wooow!! uno de los mejorcitos que he leido por estos lares... me ha encantado la idea del bucle... genial! Y solo con esas cinco palabras finales, conviertes un gran relato, en uno genial!!

Anita Patata Frita dijo...

El ojo por ojo no es mi ideal de filosofía, pero reina en cualquier rincón del planeta en cada instante.

:)

maba dijo...

muchas gracias por la aclaración en el blog de Anita Patatafrita!!

porque...no entendía nada (con razón)

así que se agradece el esfuerzo de contarmelo!!!

más besos guapetón!

Paula dijo...

Lo siento, no puedo ponerte nada. Lo que me vino a la mente mientras lo leia es, palabra por palabra, el final que tú has utilizado...

No se puede mejorar al creador.

Pero dejo constancia de mi paso.

(el examen, bien, gracias... pero hoy me he mojado DOS VECES)
;p

Sr. D. Javier de García dijo...

Quien mata a un asesinón, tiene 100 años de perdón, no?

Qué caótico! Por eso nuestra geografía está plagada de pueblos-fantasma. Ojo por ojo, al final nos quedamos ciegos...

Me ha encantado el bucle (y a ver cómo me quito ahora el olor a pescado de la cabeza! Gracias!)

Yyrkoon dijo...

Ummm, muy grande, hacía tiempo que no escribías uno que me gustase tanto. Cojonudo.

Anónimo dijo...

Y la historia se repite... muy bueno, me ha gustado!!

Besos desde el Port! ;)

Mártir dijo...

No hay crimen perfecto...un saludo

ojos_de_gata dijo...

Buen relato para explicar la ley del Talión

de ahí su titulo jeje
a mas de uno habría que aplicársela bombita x bombita

besicos

Martha dijo...

Muy buenoooooo! Narración circular!!

Y el principio es una pasada...has creado un ambiente perfecto en muy pocas líneas!

Ainsss, que me gustan tus relatos, chiquilloooooooo!

1 besazo!

Farfalla Dimora dijo...

He llegado hasta aquí a través de Teorías Universales.
Genial este relato tuyo... me ha encantado.
Seguiré leyéndote.
Un saludo

Sandra dijo...

Feliz finde morenito ;)

myself dijo...

Esperemos a ver que ocurre, magnifico relato.
Buen finde.
Besos.

Brubaker dijo...

La historia esta muy bien escrita, me ha gustado bastante. Por cierto como dijo Gandhi (creo): En la tierra del ojo por ojo, todos son ciegos.

Un Saludo