Love Story

El pasado 19 de marzo dije que lo contaría este año, y así será. Escrito el 19 de marzo de 2006 (adaptación):

Comenzaba el día 19, estábamos en 2003. Yo estudiaba Empresariales y mi vida daba pena por aquel entonces. No obstante, eran quizá los mejores tiempos del foro que a muchos nos vio nacer, Fuerza Imperial. Allí la conocí. Aquella noche le pregunté algo en el foro y me contestó por mail. Nos intercambiamos uno o dos y en seguida me agregó al MSN. Se nos hicieron las 05:30, hablando y hablando, porque estábamos a gusto.

Hace hoy tres años que hablé por primera vez con la persona que tiene el (dudoso) honor de ser la última a la que he amado.

Esta noche he estado hablando con ella y me ha autorizado a contar todo lo que piense, se fía de mí. No todo lo que tengo que decir es bueno, ni de ella ni de mí, pero sobre todo seré justo y tampoco os aburriré con toda la historia.

La historia de P (nick censurado xD) y X (ídem) tiene, creo yo, algo de peculiar. Sobre todo porque nunca nos hemos visto en persona. Ella es alemana y allí vive, y yo soy español, y aquí estoy. Yo no creía en el amor por internet hasta que al día siguiente me di cuenta de que estaba enamorado.

A ella le podría echar en cara un par de cosas que no voy a decir por aquí. Son dos cosas principalmente aquellas en las que me dañó, en dos cosas me mintió. Pero también es verdad que cuando lo hizo era demasiado pronto, que ninguno de los dos sabía cómo iba a desarrollarse la historia, y que cuando se quiso dar cuenta el problema ya sufría el conocido efecto bola de nieve. La primera se la perdoné porque estaba perdidamente enamorado de ella, la segunda no porque debió contármelo el mismo día, debimos empezar de cero entonces, no se atrevió y cuando me enteré ya era tarde. Me sentí doblemente traicionado y no la pude perdonar. Pero también es verdad que si la hubiera seguido amando probablemente lo habría hecho, que la relación ya estaba muy tocada cuando llegamos a ese punto.

Yo tengo mi parte de culpa. Por aquel entonces no podía conectarme más que tres horas al día, por la tarde, y tal vez una o dos por la noche pero nunca antes de las 02:00. La mayoría de las veces por la noche no la pillaba, claro, y por la tarde estaba muy centrado en actualizarme en los distintos foros que frecuentaba. Eran tiempos mejores, insisto, y la actividad era frenética. Lo creáis o no, muchas veces tres horas no eran suficientes para haberlo leído todo. Y por otra parte estaba ella.

Nunca le dediqué el tiempo suficiente, nunca el tiempo que debía si era (y lo era) la persona a la que amaba. No sé si hoy en día habría pasado, ahora dispongo mucho más tiempo del PC (es lo malo de compartirlo, mi poca disponibilidad nos hizo mucho daño), pero sigo siendo (por MSN) el mismo hombre soso y totalmente carente de iniciativa de entonces. Qué le voy a hacer, soy así. A ella ya la "tenía", mientras que en los foros había que estar trabajando a diario. Yo tenía muy poco tiempo y no daba abasto. No estaba casi nunca demasiado comunicativo, participativo. Elegí mal.

Mi otra parte de culpa tampoco la voy a nombrar, pero la persona que la "compartió" conmigo sabe quién es. A mí (y a ella) me parecía una tontería en su día. En una relación, y más si es una cyber-relación, la confianza es esencial. Yo hice cosas que provocaron que la confianza que P tenía en mí se tambaleara. En aquel momento no lo entendí, me parecía casi absurdo, me parecía muy poco. Como si nuestra novia se pusiera celosa porque cuidáramos del gato de la vecina. Pero ahora entiendo que cuando todo lo que tienes son las palabras, cuando no hay contacto físico, las palabras con otra persona duelen más, tienen más sabor de infidelidad de lo que racionalmente podamos pensar. También en esto pude fallar.

Estas son las cosas malas. Están habladas y disculpadas.

Cosas buenas supongo que los dos tenemos (ella las tiene, doy fe) pero no es plan de darnos autobombo. En lo que concierne a la relación, es justo decir que con ella me sentí amado como nunca antes. Que aprendí muchas cosas de ella, que templaba mi ánimo. Que por ella quise ser mejor persona, y que ella me hacía serlo. Era, egocéntricamente hablando, mi mejor complemento. Cada vez que el amor triunfa ganamos en ingenuidad, cada vez que fracasa perdemos en inocencia. Hoy soy más sabio que entonces y quizá estoy más protegido. Pero no sé si eso es bueno.

Confieso que hay cosas de esta historia que aún no sé [N del A: en aquel entonces]. Ha habido nubes y claros, y desde el principio nadie nos lo puso fácil, algunos son hoy en día, como ella, mis amigos, con otros he perdido el trato y con otros he querido perderlo. Ella era la reina del baile, y yo un tipo muy envidiado. Pero también era muy inseguro, y nunca supe manejarme como hoy habría sabido. Siempre fue muy complicado, muchas sombras, muchos miedos, desconfianza (inseguridad) por ambas partes, y al final nos perdimos, o quisimos perdernos, o quise perderla o no quiso no perderme.

Lo que viví entonces no lo cambio por nada. Muchas cosas no eran como parecían, uno se da cuenta siempre luego, siempre tarde, pero es mejor así. Ya no tengo el ansia de conectarme a internet, ya no busco cualquier hueco de diez minutos para ver si la veo, ya no temo qué nuevas mentiras le habrán contado hoy ni me agobio por no poder atenderla. Lo bueno y lo malo acabó hace tiempo (hace mucho, en verdad, pues fue fugaz), de lo malo queda el recuerdo, de lo bueno quedan las sensaciones, el calor y el volver a transportarme tres años atrás cuando era el hombre más feliz de la red. Nunca podré escuchar a las Dixie Chicks sin acordarme de ella, quizá nunca pueda ver una película protagonizada por cierta actriz, no llegarán las Fallas y será como antes de ella, no podré evitar entrar a uboot una vez cada mucho tiempo y sentir una congoja en el corazón. Nunca podría olvidar esos primeros días.

Esto no es un artículo denuncia, no es un homenaje a ella ni a mí, es en todo caso una oda a nosotros cuando no éramos independientes, a todos los que saben lo que es esto, a los que creen en ello aunque aún no lo hayan vivido (y quizá nunca lo hagan) y una advertencia a los incrédulos: podríais ser los siguientes.

Un poco de literatura para la ocasión:

Poema 20 - Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
¡La besé tantas veces bajo el cielo infinito!

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero ¡cuánto la quise!
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

No sé si volvería a tropezar en esta piedra, pero sé que no me arrepiento de nada.