8/4/09

Piel roja

Llovía torrencialmente, o bien diluviaba, aquella tarde en la ciudad. Ginés salió de casa y se cubrió con su nuevo chubasquero rojo. No era particularmente bonito, no era de marca, le venía demasiado holgado (¿cuál no?, pensó) y lo juzgaba demasiado corto, pero nunca le gustaron los paraguas. Bajo los mismos, la gente le lanzaba miradas curiosas, confundiéndolo acaso con un motero de Telepizza extraviado.

La prenda en cuestión, aunque impermeable como su propio nombre indica, no era todo lo útil que cabía esperar. Mochila, pantalones, zapatillas y cabeza acababan empapados igual que si no llevara nada. Solamente se salvaba la sudadera, probablemente ni siquiera merecía la pena las molestias, que las había.

Ginés tomó el autobús para ir a clase y experimentó una agridulce sensación de poder. Por lleno que estuviese, esta vez la gente no se agolpaba a su alrededor para ocupar el máximo espacio posible, temerosa de acercarse demasiado al del chubasquero. Algo bueno tenía que tener pues, así como evitaba (o precisamente por ello) que el agua llegara hasta la ropa del torso, la dejaba acumulada sobre su plástica superficie. Se convertía así el impermeable, al contacto con otras personas, en un arma potencial, y su portador en un peligro andante con una suerte de segunda piel tan nociva como aquella del infortunado protagonista de La historia sexual del increíble hombre lija. Se sentía Ginés en su chubasquero peligroso e invencible, ni siquiera le costó encontrar asiento, uno doble.

Así, cada vez que llovía Ginés se ponía el impermeable con ilusión y subía al autobús con mirada desafiante, disfrutando su privilegiada posición. Comprendió cómo deben sentirse los erizos cuando una vieja despistada se apoyó en él para no caer y lanzó un grito disgustado al mojarse la mano. Tanto gusto le cogió que, los días que llovía, que en su ciudad eran casi todos, no se quitaba el impermeable para nada. Poco a poco fue perdiendo el trato con la gente. Todos le rehuían, los autobuses no paraban a recogerlo, las chicas no se le acercaban, se quedó sin amigos. Hay incluso quien cuenta que ya ni la lluvia le tocaba, cansada de caer en vano.

Un viernes a las dos de la tarde se encontraba con su impermeable, sentado sobre el respaldo de un banco, soportando o tal vez no una pesada lluvia, cabizbajo. De pronto sintió algo extraño, algo que venía de un pasado muy remoto, el contacto físico. Una mano se posó sobre su hombro, y poco después tenía un paraguas sobre su cabeza. "Te estás empapando", sonó la dulce voz de una compañera de clase en quien no se había fijado demasiado hasta entonces. "Gracias", es lo único que supo decir, se levantó y se cobijó junto a ella bajo el paraguas. Se deshizo del impermeable mientras caminaban, justo en el momento en que salía el sol, y no volvió a llover en diez años.

25 comentarios:

Mary Lovecraft dijo...

PRIMEEEE...(¿escribes a estas horas??)

qué bonito...no sé, no me salen más palabras. Así lo sentí.

me esperaba algo chungo, como que el impermeable se le hubiera terminado fundiendo con la piel o algo así, pero no...y en eso radica la belleza del relato.

un besote, lechuza de la noche

Esther dijo...

menos mal que se quitó el impermeable porque me da que era lo que le traía mala suerte, la gente le rehuía, llovía mas...Tuvo suerte en que apareciera la chica del paraguas. besitos

ampa dijo...

Lo mismo que Ester, no sera que el impermeable traia con él una nube negra????

Por otro lado, si no llovió mas en diez años...menuda sequía!!!!

Ledicia dijo...

y salió el sol durante 10 años! :D :P jajaja bonita metáfora!;D

Anita Patata Frita dijo...

Hay que ser muy valiente para apoyar tu mano en un impermeable rojo y mojado, esa chica es una heroina.

:)

Sandra dijo...

La vida sexual del hombre lija!!, me he quedao loca jajajajaj, la vas a contar algún dia?? :P

Muy chuli la historia del impermeable, yo no me lo hubiera quitao, ahi, q le dieran por saco a los que le rehuyen por carajotes!.

Besetes y feliz semana santa ;)

Nanuck dijo...

Preciosa historia.... ya se podia haber quitado antes el impermeable!!

Yo tambien quiero saber de la vida del hombre lija, me huelo que no tiene desperdicio, jajajaja

Besos y feliz S.S.

Girl From Lebanon dijo...

Muy bonita la metafora...todos tendríamos que encontrar a alguien que nos hiciera quitar el chubasquero...

Difruta de estos dias...aunque no vayas a ningún sitio, no me creo que te vayas a aburrir...con esa imaginación que tienes XD

Bss!!

Anónimo dijo...

Ohhh que bonito!! Y fueron felices y tomaron el sol!!! xDD

¿Algo sexual que contar? ¿Hombre lija? a que esperas!! ;)

Que pases una feliz semana santa a ser posible con mucho sol y pocos chubasqueros ^_^!!

MásQueRopa dijo...

No m cabe ninguna duda de q tienes tu part de cerebro del xiste jejeje

No m speraba ese final

bsss

Martha dijo...

¿La vida sexual del hombre lija???

:S

Bueno, bueno...a lo que iba...("Hombre lija?????"), que me ha gustado un montón!! Sobre todo eso de que no volvió a llover en 10 años...Me parece que eso tiene un segundo sentido muy bien traído!

Un vez más, te pongo un sobre! Jeje!

1 besazo, X!

ardilla dijo...

Es un método mucho más elegante que el de tirarse un pedo, todo sea dicho.
(Ahora creo que te gano con lo del comentario más inteligente jojo)

Anónimo dijo...

A veces nos ponemos un impermeable para aislarnos porque así nos sentimos mejor, hasta que nos damos cuenta de que esto sólo nos aleja de los demás.
Muy simbólico, o al menos yo lo veo así.
Quizás la chica del paraguas lo ayude a volver a encontrarse con los demás.
PD: Se me ha jodido el teclado hoy (es que vertí agua), pero ya está bien.
Creo que alguien le ha echado una maldición al ordenador o quizás ocurre eso de que los golpes siempre van al mismo sitio.
Besos.

Kane dijo...

¡Ooooooooh!

Me ha encantado. Muy bonito.

Casandra dijo...

"¿¿¿La historia sexual del increíble hombre lija???". JAJAJAJAJAJAJA!!!!! XDDD

Vaya soledad, pobre Ginés. Supongo que a veces las personas nos aislamos, como él, por propia voluntad, quizá por miedo al contacto con los demás e inseguridad, y a veces cuando nos damos cuenta de que estamos solos sufrimos.

Me alegro de que haya acabado bien y se haya dado cuenta de su error. ;o)

Mil besos, rey!!!

Casandra dijo...

Pon una foto como Parsimonia. No querrás ser menos que ella, ¿¿no?? *tentando* Jajajaja!!! ;o)

Yopopolin dijo...

me gustó, la verdad es que es muy simbolico... me esperaba otra cosa, pero un final de estos de vez en cuando, nunca estan mal!! xDD

Alas dijo...

Al final siempre somos las mujeres las que tomamos la iniciativa!!

Ro dijo...

ohhhhh!!!!!!!! That so cute!!!!!!! te creia incapaz de ello ;P
un besazo.
Pd. Ayer tuve en la mano un impermeable rojo, claro esta larguito, de marca... mas mono vaya.

Mónica dijo...

Un placer descubrir este rincón, o mejor dicho, gracias por dejarme la pista para llegar hasta aquí.

Nos leemos.
Mua!

Nikaperucita dijo...

... también tengo un chubasquero.

Bsines

Mary Lovecraft dijo...

holaaaa tienes un premio en el Vermut!

que pases feliz viernes!

Unknown dijo...

jejejeje me rio por la pregunta del primer comentario jijiji, X siempre esta despierto a estas horas... porque yo escribia tambien muy tarde y siempre estaba ahi tu primer comment... Preciosa la historia, me ha encantado.

bss, pasalo bien estos dias!!

Yyrkoon dijo...

Pues yo para no variar diferiré de la turba. La verdad que pintaba muy bien la historia, pero el final ha sido un fraude. Así que el troncho de col ese como se llame al final renuncia a sus principios y placeres y se resigna a la mediocridad de la gente común por que una vulgar mujer le tiende un paraguas??? Vaya forma de acabar un camino interesante, cuando alguien le tocaba imaginaba a una chica taciturna envuelta en un impermeable amarillo que compartía con el la felicidad de apartarse del mundo común. Que lástima, con lo bien que podía haber acabado :-(

didac dijo...

es muy muy bueno !!!
un abrazo