5/4/09

Alive [R]

Tengo un pato de goma. A diferencia de los demás, no es amarillo, sino más bien verde; militar. Y, a diferencia de los demás, tiene vida propia.

Al principio pensé que me lo movía ella, pero no podía ser. Me lo regaló a mí, aunque la que más se divertía con él era ella. Sabía que yo era una persona muy ordenada y maniática, y disfrutaba cambiándomelo de sitio a posta. Inicialmente solo éramos compañeros de piso, luego fuimos algo más, y luego fuimos algo menos. Luego no fuimos nada, porque ella se fue para no volver, y nos quedamos solos el pato y yo.

Y sin embargo se mueve, como -miente la leyenda- dijo Galileo tras acatar de boca para afuera el heliocentrismo. Me sigo duchando por las mañanas y compruebo que está allí, en la jabonera, con su imperturbable lacónica mirada. Me voy a trabajar y cuando vuelvo no está ahí. Aparece en el microondas, o encima de la cama, o junto al ordenador. Muchas veces ella lo dejaba en el recibidor, mirando hacia la puerta. Y cuando yo llegaba lo veía y él a mí, y sabía que había sido ella, y era como una señal que me decía que todo marchaba bien, que en media hora regresaría del trabajo y haríamos el amor y dormiríamos, y al día siguiente volvería a cogerlo y a cambiarlo de sitio. Yo lo dejaba un rato más ahí, hasta que llegaba ella, y por la noche lo ponía de nuevo en su lugar, antes de dormir.

Pero ella se ha ido, el pato se mueve y yo me siento como el padre de Amélie, que ve al gnomo del jardín recorrer todo el mundo sin explicación racional aparente. Últimamente le da por ponerse en el recibidor, como cuando estaba ella. Un día, en el ascensor, advertí que había olvidado las llaves del coche en casa. Di media vuelta y abrí, y el pato ya estaba allí, esperándome, esperándola. Un instante antes lo había dejado en la ducha y ahora estaba en el recibidor.

Al final dejé el trabajo, no fuera a ser que alguien estuviera aprovechando mis ausencias para entrar en casa y cambiar al pato de sitio. Así lo tengo controlado. Por las mañanas, esto me consta, amanece en la ducha. A mediodía me siento con un libro y cuando levanto la vista está sobre la mesa, leyendo la contraportada. Entonces lo llevo otra vez a su sitio, me pongo a cocinar y cuando voy a por una olla aparece en el armario. O tal vez sobre la nevera, indicándome el punto de sal. Últimamente le da por ponerse en el recibidor, como cuando estaba ella. Solo que ella ya no está, aunque el pato se empeñe en hacerme creer que sí.

23 comentarios:

Mary Lovecraft dijo...

YO quiero un patito de esos ^^

bueno, ya tengo al Bicho, pero es que me encantan los animales de compañía y este por lo que leo tiene mucha vida...propia.

al final le cogí cariño :D

un beso para tí y otro para tu patito, y que paséis muy feliz domingo!

Anónimo dijo...

Pues yo creo que es el protagonista quien lo mueve, para no sentir la ausencia de ella, aunque no lo quiere reconocer, por eso ha tenido que dejar el trabajo. Es tan doloroso que sólo puede sobrellevar la vida en una espera infinita.
El dibujo del pato es muy molón, por cierto.
Besos.

Sandra dijo...

Moreno o tengo superpoderes o flipo, pero juraria que este relato ya lo he leido yo, puede ser??

Mi patito mola mas :P

Sitos.

Kane dijo...

¿Cuándo nos ponemos a convertir esto en más que un relato?

Nikaperucita dijo...

Vaya! ?Te lo he pegado y ahora escribes de objetos sin importancia aparente frases y frases y frases?
jajaja
(recibio mi mail usted?)

tengo1000secretos dijo...

Este pato no puede existir

Zurda dijo...

¿Esta historia no la habías compartido con nosotros antes? Porque la recuerdo, y recuerdo que me fascinó especialmente...

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me encanta el pato, ¡DÓNDE PODEMOS CONSEGUIRLO'.

Pero la genialidad está en el post.

Un saludo.

Ro dijo...

Perfecto, vamos para mi gusto. Ritmo y velocidad justas, ni mucho ni poco ;)

Yyrkoon dijo...

plas, plas, plas, plas.

Nada que añadir.

ampa dijo...

Wowww!!! Quiero ESE pato no quiero uno igual, ni parecido, lo quiero a EL.

lunares dijo...

Vaya con el patito!!
Buen lunes y un besote

Anita Patata Frita dijo...

No querría tener algo que me recordarse tanto a alguien que amé y no me dejase libre... quemaria al puto pato y me emborracharia para celebrarlo!

:)

maba dijo...

uy...qué desasoiego..no sé, no sé..

creo que ella está.. pero que él no quiere verlo

o..haz lo que dice Anita..que lo queme y ya está

myself dijo...

Suscribo lo que dice Parsimonia, lo mueve para no sentir su ausencia.
Buen lunes...a los dos.
Besos.

Esther Morales dijo...

Sobresaliente

nada más que añadir o_o

Anónimo dijo...

Yo creo que deberías patentarlo, pero ya!!!!!
Te iba a sacar de la crisis, fijo..

Anónimo dijo...

No es bueno quedarse con cosas o “patos” de alguien con el que has compartido algo más en tu vida, nos aferramos al recuerdo aun sabiendo que nos hace daño, pasa página y al patito…. Pues….regálalo!!! xDD

Feliz Lunes señor X
Besets.

Nanuck dijo...

El relato genial, pero yo hubiera acabado con el dichoso pato con tal de no recordar.

Un besico moreno

ardilla dijo...

yo creo que el pato se mueve porque te has olvidado de apagarlo, eh?busca que tiene un interruptor por ahí, anda :D

Martha dijo...

Pues...qué quieres?? A mi el pato ese me da algo de miedo...¿No era en Poltergeist dónde se morvían las cosas solas y tal?? Uyssss...quita, quita...no pienso comprarme nunca un pato de goma...Y menos verde! No vaya a ser...

:P

1 besazo X!!

P.D.- Me ha encantado!! Lo sabes! ;)

Yopopolin dijo...

a mi esto tambien me suena a oido, o leido... nose... igual me estoy volviendo loco...

pero de todas formas, muy muy bueno! una historia muy tierna!!

saludetes!!

Tea Girl dijo...

¿Recuerdos, quizá?


Un saludo