20/2/13

Onanista en el edificio de enfrente

Acostumbraba merendar todos los días en el balcón. Se sacaba su café con leche y alguna pieza de bollería y los deglutía en silencio mientras observaba, cual centinela, la actividad de la calle. Los chiquillos salían de un colegio cercano, eran fáciles de distinguir por su uniforme y por el griterío que siempre les acompañaba. Señoras con carros iban y venían, algún coche patrulla pasaba de vez en cuando. Era una calle normal, de un barrio sencillo, de una ciudad cualquiera. A veces Muriel fijaba su vista más arriba, en balcones y ventanas ajenos. A muchos los conocía, claro: del barrio de toda la vida, como suele decirse.

En el tercer piso del edificio de enfrente vivía una pareja joven. La chica trabajaba fuera, por lo visto, mientras que él pasaba la mayor parte del tiempo en casa. Lo sabía porque tenía la enorme televisión justo delante de la ventana, y lo habitual era ver en la misma el verde inequívoco de un campo de fútbol. Incluso cuando tenían echadas las cortinas, blancas y no del todo opacas. Cuando estaban descorridas, naturalmente, podía ver algo más, aunque nunca los distinguió completamente, más allá de un torso o unos brazos de vez en cuando. A veces, una bonita melena rubia o un pelo rapado y moreno. No solían asomarse al balcón -modernos que no tienen tiempo de observar el mundo, se decía ella- y el sofá que se oponía a la tele le impedía ver mucho más. De todas formas, no era tan cotilla, simplemente le gustaba saber quién vivía dónde.

Sin embargo, hubo un día que su curiosidad hacia el 3ºC se vio seriamente incrementada. Por primera vez en meses, la pantalla de enfrente no reflejaba un verde césped. Es más, no reflejaba nada: la tele estaba apagada. Fue así al día siguiente, y también al otro. Muriel pensó que se habrían mudado, aunque no podía saberlo con certeza porque el portal del edificio estaba en otra calle, girando la esquina, y no lo veía desde su propio balcón. ¿Se habrían largado? ¿Serían realmente pareja o solo compañeros de piso? ¿O incluso hermanos? Si no hubiera estado en el paro se habría ahorrado todas estas disquisiciones, pero con treinta años y mucho tiempo libre, había pocas cosas mejores que hacer.

Una tarde se le cayó la magdalena al suelo, con la suficiente fortuna de no salir volando por la calle en pos de la cabeza de algún inocente. El motivo: que tras varias semanas de silencio catódico, la televisión volvía a estar encendida. Y no con cualquier cosa. Lo que veía a través de la ventana, distinguible pese a la distancia -y pese a que no era una calle estrecha, tampoco- era una película porno. No inventaré que le llegaban los gemidos, pero aunque no habría podido distinguir a las actrices (tampoco es que se les viera la cara a menudo), aquello era una porno sin ningún género de dudas.

Desgraciadamente, Muriel había encontrado trabajo, así que al día siguiente no pudo repetir su ritual vespertino. A cambio, eso sí, se le antojó cenar al fresco. Cuál no sería su sorpresa al comprobar que la tele estaba encendida y, de nuevo, emitiendo porno. Estuvo dos horas esperando que el heroico espectador quedase satisfecho y apagase la tele, pero esto no sucedió hasta pasada la medianoche. Al día siguiente se repitió la escena. Y al otro. Y al otro. El fin de semana, por curiosidad, se asomó al balcón de buena mañana. Con alivio comprobó que la tele estaba apagada. Pero por la tarde volvió a encenderse, y volvió a lanzar porno al ambiente. Y así todo el día. ¡Cada día, a todas horas!

¿Quién sería el pajillero? ¿Sería un viejo verde? ¿El típico friki con coleta? ¿O un muchacho apuesto sin suerte en el amor? Muriel quiso creer esto último, y más cuando una noche vio -o creyó ver- a un chico atlético incorporándose en la parte que veía del sofá (que, por todo lo que sabía, perfectamente podría haber sido un invitado). Comenzó a picarle la curiosidad, y lo que no era la curiosidad también, y quiso saber más. Pero, ¿cómo? Tenía que reconocer que el misterioso inquilino le intrigaba. Y el porno que veía no estaba nada mal: nada de las cerdadas ultrapervertidas que coleccionaba el salido de su ex, no. Bueno, a decir verdad tampoco podía distinguir hasta ese punto, ¿le estaría idealizando? En todo caso, un hombre que viera algo más light, donde las mujeres no eran humilladas y tratadas como mercancía, era un hombre que sabía tratar a una dama como ella. Su fantasía volaba. Ya no salía al balcón. Ahora se quedaba tras el ventanal, proporcionándose placer cada noche, como solidarizándose con ese macho alfa al otro lado de la calle.

Varias semanas más tarde supo que estaba obsesionada. Se encontraba pensando en el extraño de enfrente a todas horas, así que urdió un plan infalible: se presentaría en su casa con cualquier excusa y, como la tele estaría puesta, preguntaría qué era eso que se oía... lo escuchara realmente o no. Partía con esa ventaja. El sábado, a la hora de la siesta, comprobó que la tele seguía escupiendo porno. Se puso su ropa de salir, se pintó los labios con Russian Red -¿qué si no?- y fue a la caza del hombre. Llamó a una puerta cualquiera, diciendo ser propaganda, y dos minutos más tarde se hallaba ante su puerta. ¿Cómo sería? ¿Qué cara pondría? La suerte estaba echada, el timbre había sonado. Con una sonrisa notó cómo el sonido inequívoco era amortiguado, pero no detenido. Podría fingir que tenía muy buen oído.

La puerta se abrió. Y tras esta apareció una chica joven y guapa, con una bonita melena rubia. La misma, juraría, que veía ocasionalmente cuando aquella tele emitía fútbol. En cuanto vio a Muriel, esbozó una sonrisa pícara.

- Ah... hola. Me llamo Muriel, yo... uhmmm... soy del censo... Aquí me consta que... que vivía una pareja... ¿Eres nueva?
+ No, ya llevo aquí casi un año. Pero antes vivía con mi pareja, sí. Ahora vivo yo sola.
- Oh, ¿usted sola? De acuerdo...

Muriel estaba descolocada de verdad, así que no necesitó hacer una pausa dramática para que reinara un incómodo silencio, roto por un gemido más audible de lo normal. Puso cara de apuro y amagó una despedida.
- Bueno... yo...
+ Ah, espera. No te avergüences, chica. ¿Eso que oyes? Soy montadora de películas X. ¿Te apetece quedarte un rato?
- ¿Cómo? Ah... pues es que... tengo un poco de prisa y...

La sonrisa se hizo más pronunciada.
+ Vamos, tú eres la morenita de enfrente que se masturba todas las noches entre las sombras, ¿verdad? Pasa, pasa...

63 comentarios:

Pio dijo...

Jajajaja no es mal curro XD

Sílvia dijo...

Uaaaau, fantàstic relat!! De vegades quan observem oblidem que nosaltres també podem ser observats. M'ha encantat el gir de la història i la trobada final de les dues noies. Segur que s'entendrien, fins i tot podrien muntar juntes alguna pel·li.

S. dijo...

Qué cotilla todo el día ahí mirando porno,como la que quiere pero no quiere y luego zas,a darse un alivio...parece la vieja del visillo de José Mota y la otra guarrilla,que si monta canales x,esa quiere montar otra cosa...
Moraleja: comprate un vibrador,dale uso al que tienes o compartelo con quien quieres.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Me encanta.
Si la que ha escrito 50 Sombras lo hubiera hecho con este gusto le dan el Nobel de literatura sin ser vieja ni tener que morirse.
¿Qué coño ha que hacer para escribir tan bien?
Saludos

Elendilae dijo...

Jajaja, cazada! me esperaba algo así, la verdad, que al final sería descubierta, pero exactamente no sabía como.

Igual le sale un buen plan después de todo ;)

Un besito

N dijo...

jajaja la verdad es que eso pasa por cotilla, aunque debían espiarse ambas.
Siempre me sorprenden tus entradas :)

Anónimo dijo...

Alguien decía "el Jefe pone los ojos sobre 20 subordinados, pero nunca debe olvidar que hay 20 pares de ojos sobre él". Así sucede muchas veces, el que observa pierde de vista que puede ser observado.
También me pareció interesante la idea de la obsesión, que va tomando el mando en forma inadvertida, pero que muestra sus garras cuando se la quiere destituir.
Muy buen relato, como siempre.
Un gran abrazo

Rosa, Las recetas sanas y ligeras de mamá Rosa dijo...

Eso le pasa por mirar lo que no debe, que nos importará lo que haga cada uno en su casa? a mi por lo menos lo mínimo. Muy bueno como siempre. Besos

Arien dijo...

Hola X!
Me ha gustado, sobretodo la primera parte.
Aunque confieso que cuando ella ha empezado a obsesionarse con el "hombre" ya me olía yo algo raro..
Que pasaría entre estas dos..
Un besazo

Anónimo dijo...

Es la primera vez que me paso por aquí pero oye, qué sorpresa. Me ha gustado :D
¡Buen relato!

Un beso!

Noelia dijo...

Joder jajajajajaja Una vez más le das un final totalmente inesperado y original, mientras nos mantienes enganchados a lo largo del texto entero ;)

Mária dijo...

Cómo no ibas a sorprendernos con el final.. Me gustó tu relato, como siempre. Qué bien poder visitarte.
http://hazbrillaratusonrisa.blogspot.com.es/
M.

genessis dijo...

Ohhh,
cazadora cazada...
Excelente relato!!!

Saludos.

Valeria dijo...

Nada más comenzar a leer y ya estaba pensado la forma en que moriría la protagonista, pero no, resulta que esta si tuvo un final feliz,xD.

Agrimonia dijo...

En primer lugar LOL, noooo, jajaja sabes que escribes muy bien, y aunque los temas que sueles tratar no son los que acostumbro a leer, no voy a negar que escribes muy, muy, muy bien :')
En segundo lugar, muchas gracias por comentar siempre, siempre con palabras inteligentes y sinceras.
Gracias en serio. :)

Tequila dijo...

La espía espiada... habría que saber si alguien más las espiaba a ambas desde otro edificio...

Besos!

Gustavo dijo...

Muy bueno jaja. En todos lados estan esas chusmas que se ve que no tienen lo que hacer. Y se la pasan todo el tiempo fijandose en lo que hacen los demas.
Te mando un abrazo

Ishtar dijo...

Muriel, curiosa y obsesiva. Valiente Muriel.

Mercedes dijo...

Final inesperado, como siempre. Coincido con los que han dicho que escribes muy bien, cada día mejor. Y las historias que inventas..., bueno, a imaginación nadie te gana, de veras. Me sorprendes en cada entrada. Besitos.

Damian dijo...

JAJAJAJAJA eso le pasa por sapa jajajaja quien la manda a pensar otras cosas

Anónimo dijo...

Me has sacado una sonrisa, que cotillas que somos todos en general, lo que esto ya son extremos, jajajajaja...

Gracias por esta lectura, un abrazo!

Tot Barcelona dijo...

Seguiremos el relato, supongo tendrá un final. salut

Yyrkoon dijo...

Plas, plas, plas!!
Esta vez sí.
Soberbio.

campoazul dijo...

Jajajajaja
¿Quién vigilaba a quién? Es que para ser espía hay que practicar mucho y no dejarse cazar. Muy bueno.

Besitos.

Maria dijo...

Genial tu relato,como siempre. En algún momento me recordó "La ventana indiscreta", pero luego has hecho tu historia. Bien diferente.
Está claro,pero no aprendemos,que una cosa es lo que imaginamos y otra la realidad.
Abrazo.

MFe dijo...

jajajaja... no se porqué me esperaba algo dramático. Me ha sorprendido el final.
Y menudo corte para la "cotilla" xD.. Esa no vuelve ya a cotillear lo que la queda de vida.

Oye y cómo sabía que era el 3ºC?? yo veo el edificio de enfrente y ni flowers de qué letra es cada piso...

Un besote!

Jon Igual dijo...

Muy bueno X, nuestra imaginación nunca acierta, aunque esta vez la realidad igual es mejor.
Un abrazo.

Imaginativa dijo...

Jajajaja no he podido evitar reírme. Sí que veía la vida pasar desde la ventana, pero se exponía más de lo que creía.

Muy buena esta historia.

Saludos.

May R Ayamonte dijo...

ahahaha
me encantan tus relatos, es qe tienes un humor inteligente!
Un beso!! May R Ayamonte

Lapislazuli dijo...

Descubierta!!! jajaj
muy buen relato
Abrazo

Anónimo dijo...

Ufff por un momento pensaba que mi vecina me había descubierto.

neuriwoman dijo...

Una vez creado el ambiente nos has envuelto en la curiosidad de tu protagonista. Excelente relato.

Eva Letzy dijo...

Jajaja, qué bueno!!! El final está genial.
Dónde se aplica para ser montadora? Como trabajo debe ser interesante...
Beso

Vértigo dijo...

Prejuicios.. suposiciones... muchas veces incorrectas.

X dijo...

Muchas gracias por todos los comentarios. Contrariamente a lo que pensaba, parece que este relato ha gustado bastante. :-)

Besos y abrazos.

Lorena Be-Bop dijo...

Hola X,joer yo vivo en las nubes no sabía que existía ese tipo de trabajo, pero vaya que no es de los que ponen en infojobs.
Pues nada el final un poco fantastico pero sin duda tu público masculino aumentará...al femenino, lo has tenido enganchado jajajaj aunque te confieso que yo me esperaba un torbe jajaja

Buen detalle el de Russian Red jeje es que el maquillaje me pierde...creo ser la única que se dio cuenta ;)

C~ dijo...

Tenes un premio en mi blog!

tishta dijo...

muy bueno! otro de tus giros inesperados
cuando yo iba al instituto había vecino que lo hacía desde su ventana y para tener público tiraba pesetas, así al mirar arriba a ver de dónde había caido te encontrabas con la sorpresa! jajaja todo un genio el pobre
Un abrazo

Humberto Dib dijo...

El cazador cazado, ¿no?
Aclaro, yo uso coleta y no soy friki... bueno, creo que no, déjame que lo piense mejor.
Un abrazo.
HD

Irene dijo...

Una vez más un gran relato.
El cazador cazado, me ha encantado.

Bellarmina dijo...

Jajajaja buena historia! Buen blog, también. Saludos (:

Kristalle dijo...

Buen relatooo!!!!

estrella dijo...

Hola Mr.X!!!!
Me ha sorprendido el desenlace, es buenísimo!!!!

Eso pasa cuando queremos ir más allá de donde nos importa, que luego nuestra curiosidad extrema se da la vuelta, jaja!!

Excelente relato y muy bien llevado!!
Un abrazo!!!!

sibisse dijo...

Y esto es la demostración clara de que a veces los demás también nos espían. Jajaja muy bueno el final y que naturalidad la de la "monitora de péliculas x", contraste mucho con la otra chica.
Siempre se dice que lo mejor de un relato es darle un giro inesperado al final y desde luego sabes muy bien como conseguirlo. Tienes talento y se te da muy bien crear historias muy variopintas. Sigue así!

JuanRa Diablo dijo...

Jajaja, cómo sabes rizar el rizo (y no del vello púbico)
Morbosamente elegante :)

Bitxito dijo...

No sé muy bien qué comentar aquí, esperaba algo más... impactante.
(O igual es que como soy una impaciente y he leído el final antes que lo demás, ya sabía cómo iba a acabar. Jiji.)


M.

Yopopolin dijo...

¿Pero no había comentado yo este post antes? Si lo leí ya el otro día... Muy original, curioso, sexual e incluso lésbico! me encanta! xD

Claire dijo...

jajajaja..eso le pasa por cotilla!! Mira que yo tengo una vena cotilla, pero lo de esta chica es demasiado. Supongo que la soledad juega malas pasadas, unida a la fantasía pues patinazo que te pegas...
Por otro lado, vaya trabajito jejeje... pero bueno, alguien tiene que montar esas pelis ¿no?...
Me ha gustado. Y el final, inesperado y con mucho humor.
Ah! y muy bueno el título (sí, he buscado la palabrita en el diccionario, ignorante que es una ;-) ) Besos.

Anónimo dijo...

Hola. No es un relato sorprendente como sueles escribir, pero me gusta como tratas al personaje. Este también me gusta. Un abrazo.

Cat dijo...

La verdad es que esta vez el desenlace del relato no me ha sorprendido mucho pero me ha encantado como lo has escrito. La verdad es que enganchas ya te lo dije!! :)

Martín dijo...

El vpyeurismo de las grandes ciudades es un deporte muy practicado.

LoseYourSelf dijo...

Muchas gracias por pasarte mi blog! y tan razón que tienes! hay que desearlo de verdad:) un besoo:)

Mar dijo...

Jajaja así que al final la chica era montadora de pelis porno... Buen relato, sí señor. Innovador y sorprendente.

Besos!

Unknown dijo...

La curiosidad nos lleva a veces a descubrir grandes (e impactantes) cosas.

Como siempre, bordando los finales.

Un saludo, X.

Bellarmina dijo...

Ni idea que es chumbimba, una amiga empezó a joder con eso en el liceo y quedó jaja. Es uruguaYo, con eye jajaja, que estés bien!

Maria jose dijo...

Lo primero darte las gracias por visitar mi blog,en cuanto al relato me parece de lo más interesante porque hasta el final no pude saber el desenlace,muy bueno y real porque suele pasar eso de cotillear hasta el punto de que como en tu relato es obsesión,besines amigo

antonio dijo...

Mira por donde he aprendido una nueva palabra :-)

Un fuerte abrazo!

P. Belano dijo...

La lacra del paro y las apreturas económicas de la crisis excitan nuestra imaginación. Una forma barata de pasar un buen rato.

MARTA dijo...

Muyyyy bueno... Me has tenido en ascuas todo el raro... Eres un genio... Muackkkkk

Mariona dijo...

Muy the big brother is watching us but likey.

Hope everything okai.


Pasaba por aquí, venía de ahí (....)

Unknown dijo...

Leer esto es como leerme a mi misma. Gracias por pasar por mi blog! Leer el tuyo ha sido muy interesante. Espero verte de vuelta, saludos!

Helena Lesen dijo...

Yo me lo pasé teta, mejor que con los Goya. No me indigné ni un poquito. Bueno, muy poco al menos.
Y los disfruté como una enana porque al igual que para ti, es una de mis noches preferidas del año :)

Nova dijo...

¡muy buena la historia, de donde se te ocurriran estas ideas!! tener un vecino con esos ruiditos continuos muy duro, en fin q menudo corte para nuestra protagonista jajajaj, besosssss