21/3/13

Hacia lo salvaje

Meralda vivió toda su vida en un ambiente hostil. Creció sola con su padre y no tenía ningún recuerdo de su madre. Tenía rumores, eso sí. Había quien decía que los lobos del bosque se habían aventurado hasta el exterior de la aldea, donde se hallaba su casa, y habían atacado. Esta teoría tenía poco peso porque muy rara vez los lobos eran tan intrépidos, y en lo habitual rehuían aproximarse tanto a la civilización. Otros culpaban a malhechores, bandidos y forajidos. Desterrados, en fin, que habían encontrado refugio en los bosques a falta de hallarlo en cualquier otra villa. Los más disparatados hablaban de una bruja oscura y bestias en forma de sombras. Los más osados aseguraban que la había matado su padre. La verdad no la sabía nadie. Ella aún no contaba un año cuando sucedió. Solo sabe que desde entonces, que para ella era toda su vida, la habían mirado con desconfianza.

Su padre nunca decía nada. No era muy hablador ni siquiera con ella, pero con los aldeanos directamente no hablaba, a excepción del alguacil y el doctor, sus únicos valedores. Era un hombre hosco, muy alto y corpulento. Tenía una mirada penetrante y el ceño siempre fruncido. Su barba y cabello eran negros como el carbón. Todo lo contrario que su madre, por lo que le habían contado. El pueblo no hablaba de ella con cariño, quizá por el temor que producen los sucesos trágicos y desconocidos, pero una anciana tejedora le había contado a Meralda todo lo que sabía de su madre. Tenía la piel del color de la nieve, decía siempre, y el pelo del de la sangre. Era una mujer dulce pero fuerte. No sabía nada más de ella. Meralda había salido más a su madre, excepto en el cabello, negro como una noche sin luna. Tenía la piel muy blanca y era de apariencia frágil, pero estaba curtida en trabajos agrestes. Dominaba la azada y el rastrillo, y aun la espada a instancia de su padre. Siempre pensó que no había nadie de quien defenderse, pues era en verdad una aldea tranquila que rara vez veía interrumpida su paz anodina, pero él, que era el herrero del pueblo, le procuró un acero liviano y resistente. "Por si acaso", decía siempre.

No les iba mal. Siempre había alguien que necesitaba herrar un caballo, afilar un cuchillo, comprar un arado. No era menester hablar para desempeñar tales labores. Su padre escuchaba. Le llevaban un animal o un objeto, hacía lo que tenía que hacer, había un intercambio de monedas, unas gallinas, aceite. Meralda se ocupaba de un pequeño huerto detrás de la casa y por las tardes iba a la iglesia, el edificio más próximo por cierto, donde el reverendo Waselan impartía clase. Sus compañeros se burlaban de ella. La llamaban huérfana, sin-madre. Las chicas decían que era la puta de su padre, con quien se desfogaba carnalmente por las noches ahora que no tenía esposa. El reverendo acallaba en seguida todos estos chismorreos, a los que Meralda estaba más que acostumbrada por otro lado. Siempre la había protegido, era casi como un segundo padre. Los chicos del pueblo la insultaban y él los castigaba si se excedían.

La relación con el reverendo cambió cuando lo hizo su cuerpo. Meralda ya no era una niña. Había crecido, sus caderas eran más pronunciadas. Sus pechos, más que generosos, notables bajo el blusón. Y sus nalgas, firmes y duras, comenzaron a ser objeto de deseo de muchos hombres. Ella lo notó en seguida. Comprendió el poder de la atracción. Sus compañeros ya no se reían de ella, al menos no de la misma manera. Las chicas la odiaban, los chicos la deseaban. Y el reverendo aprovechaba la más mínima ocasión para tocarla con o sin disimulo. Al principio se dejaba, evitando pensar mal. Una mano se deslizaba por su culo, agarraba de la cintura, rozaba un seno por casualidad. Ya no era su protector. O al menos, ya no lo sería gratis demasiado tiempo.

Pensó hablar con su padre. Una tarde salió de casa, decidida a contárselo para la cena. Había estado evitándolo porque sabía que entraría en combustión y no quería que hiciera algo de lo que más tarde se arrepintiera. Se detuvo en el quicio de la puerta y se giró. Su padre se afanaba con unas tenazas. Se despidió, y él replicó con un gruñido inaudible. No volvería a verle jamás.

La clase en la escuela fue como de costumbre. Se sentó sola y prestó toda su atención a la enseñanza y ninguna a los cuchicheos a sus espaldas. Uno de sus compañeros le tocó el culo al pasar a su lado y el reverendo le dio una azotaina interminable. Estaba fuera de sí. Al final de la clase, solicitó a Meralda que se quedara un momento. Ella obedeció. Él le preguntó si le había gustado que azotase a su compañero. Si era consciente de todo lo que hacía por ella. Se aproximó más de lo que querría, pasó un brazo sobre sus hombros. Ella quería apartarse, pero la tenía bien asida. Cuando vio cómo su mano se aproximaba a su entrepierna, lo apartó de un golpe y le gritó que no volviera a intentarlo. El reverendo estalló en furia y se quitó el cinturón, pero ella salió corriendo. Corrió en dirección al centro de la aldea y se escondió en un granero. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Podría volver a la escuela? Esperó un tiempo prudente y volvió a casa cuando ya había anochecido, dispuesta a hablar con su padre. Se dio prisa, pues no quería preocuparle y era más tarde de lo habitual. Cerca de la iglesia oyó alboroto proveniente del Este, donde se hallaba su morada. Una muchedumbre se agolpaba a la entrada de su casa. Fue corriendo para ver qué sucedía. Se abrió paso entre el gentío. Parecía como si un huracán hubiese entrado por la ventana y salido por la chimenea. Toda la casa estaba patas arriba, y no había rastro de su padre. Al poco llegó el alguacil. Preguntó a todo el mundo, pero nadie había visto nada. Se habían aproximado al escuchar gritos. Eso era todo. Su padre se había desvanecido.

Esa noche fue a dormir a casa de Marie, la tejedora, y a la mañana siguiente fueron juntas a la suya. "Igual que aquel día", dijo la anciana en cuanto entró. "Está todo igual que aquel día". Le contó que también había ido a su casa el día que murió su madre, y el desorden era similar. No faltaba nada, la mayoría de los muebles estaban rotos, pero no así la puerta. Meralda le preguntó quién pensaba que había sido, pero Marie no dijo más. Se quedó pensativa, le dio un abrazo y se fue. La joven fue a ver al alguacil, que le recomendó marcharse a un pueblo a una semana de camino, donde vivía su hermano, con quien podría quedarse. Pero ella no quería abandonar su hogar. A pesar de haberse sentido siempre como una extraña, a pesar de haber gozado únicamente de la compañía de su padre y el afecto de un par de personas. Quería quedarse.

Y se quedó. Hacía cerca de un año del suceso. Desde entonces, Meralda vivió sola. Trabajaba el huerto de día y hacía remiendos por la tarde, ya que había dejado de ir a la iglesia y no había aprendido el oficio del padre. Sobrevivía, pero cada vez más encerrada en sí misma. Fue un año difícil. Una tarde llegaron a tirarle piedras, aunque eso no fue lo peor. Lo peor fue cuando el reverendo fue a visitarla y volvió a intentar propasarse con ella. Meralda cogió la espada y le amenazó de muerte. "¡Te arrepentirás de este día!", dijo él encolerizado. Y llevó a cabo su promesa.

Al día siguiente se extendió por la aldea el rumor de que Meralda estaba maldita, rumor que fue confirmado en el sermón semanal del reverendo Waselan. Los más escépticos, o los más científicos -que viene a ser lo mismo-, como el alguacil o el médico, dijeron que había perdido el poco juicio que tenía. Pero la turba es fácilmente manipulable por vía del miedo y el reverendo era un orador experimentado. Acusó a Meralda de la desaparición de su padre, e incluso tuvo el descaro de culparla de la muerte de su madre. La masa enloqueció. Esa tarde hubo una reunión extraordinaria en la plaza para decidir lo que hacer. Meralda se atrincheró en casa. El alguacil partió en busca del Magistrado Supremo y prohibió acercarse a ella en los dos días que tardaría en volver con él, pero el pueblo ansiaba sangre, no justicia, y en ausencia de la autoridad, el reverendo estaba dispuesto a dársela.

Era medianoche cuando derribaron la puerta de su casa y la aprehendieron. Meralda no opuso resistencia, sabedora de que no podría vencer contra un centenar de parroquianos fornidos y exaltados. El reverendo se puso frente a ella, mientras dos hombres robustos la sujetaban por los brazos, y le cruzó la cara con una sonora bofetada. Ella no se quejó. "¡No siente nada! ¡Está poseída!", gritó el vil manipulador. Ella le escupió en la cara y él rajó sus vestimentas, dejándola con apenas un paño que cubría su intimidad. Los machos gritaron de júbilo cuando vieron sus senos a la luz de las antorchas. Waselan se acercó y le lamió una mejilla, mientras le decía al oído: "te habría salido más barato ser dócil". La llevaron frente a la iglesia, hasta un poste con un travesaño, donde afianzaron sus brazos en forma de cruz con unos grilletes. Meralda asistía como en tercera persona al proceso, resignada a su suerte. ¿Qué podía hacer? Aborrecía a sus semejantes. ¿Cómo podían llamarse a sí mismos personas? El reverendo se acercó con una estaca, jaleado por la plebe, prometiendo librarles de la amenaza de una chica de diecisiete años. Meralda derramó una lágrima. Miró a las montañas distantes, a los árboles cercanos. ¿Nadie llegaría en su auxilio? Por fin miró al cielo, suplicando ayuda. Una nube oscura se hizo a un lado en el momento de la agnición.

Experimentó un ligero mareo, mientras su ritmo cardíaco comenzaba a incrementarse. Waselan, escoltado por dos brutos, llegó hasta ella, levantó la estaca y la apoyó en su pecho. Lo que vio entonces no podía ser más insólito para esa hora: Meralda sonreía. Sonreía mientras las piezas encajaban y comenzaba a comprender. Los grilletes, otrora válidos para sus delgados brazos, se mostraron incapaces de contener los músculos inflamados y saltaron por los aires. El reverendo compuso una mueca aterrorizada mientras observaba cómo la licantropía inundaba al ser que tenía enfrente. Meralda ya no sonreía. Meralda ya no era Meralda. Un brazo poderoso y peludo cogió el tembloroso brazo del hombre y lo partió en un sordo chasquido. Waselan ni siquiera gritó. Lo último que vio fueron las fauces de la bestia cerrarse sobre su cuello.

La multitud rompió filas. Los dos avanzados pagaron cara su intrepidez. De un solo zarpazo convirtió el cuerpo decapitado del más cercano en un géiser de sangre. El segundo ya huía de espaldas cuando vio cómo una garra brotaba de su esternón. Las antorchas abandonadas prendían fuego a la hierba. Los civilizados humanos corrieron por sus vidas hacia sus casas, mientras Meralda, con poderosos saltos, abandonaba para siempre la aldea. Hacia el bosque. Hacia la libertad.

7/3/13

La habitación nº 13

Nunca le he contado esto a nadie, pero esta mañana me he cruzado con una chica que se le parecía tanto...

Hace casi diez años que sucedió. Acababa de mudarme a Los Ángeles en busca de un futuro como actor. Desgraciadamente, varias decenas de miles de estadounidenses tienen esa misma idea cada año, así que un joven de veinte años como yo estaba llamado a ser carne de bar. De bar, de restaurante, de cafetería, de supermercado... de cualquier oficio de esos en que lo más importante es sonreír al gilipollas que no entiende de educación porque, al fin y al cabo, el cliente siempre tiene la razón.

Teniendo ese tipo de trabajos, naturalmente, uno no opta a vivir en Beverly Hills. Sin embargo, si uno sabe buscar puede encontrar auténticas gangas. Primero, como casi todos, estuve durmiendo un par de semanas en el sofá de unos amigos, mientras me movía por las afueras en busca de algo asequible. Y lo encontré, un bloque de apartamentos de dos alturas con piscina comunitaria en el centro, muy acogedor. Las viviendas eran realmente pequeñas, apenas una habitación diminuta con una cocina integrada y un baño minúsculo, pero suficiente para un joven con, como suele decirse, la maleta llena de ilusión y ganas de comerse el mundo. La casera era una mujer latina, posiblemente mexicana, como lo eran en realidad casi todos los inquilinos. Aquello no era Melrose Place, pero por las noches se respiraba buen ambiente. Me gustaba mirar las sombras al otro lado de las ventanas, con las luces encendidas hasta altas horas de la madrugada, mientras fumaba un pitillo apoyado en la barandilla frente a mi habitación. Nada que ver con el rancio norte del que venía.

En el 15, por ejemplo, vivía una pareja de ancianos a cuál más borracho. Se pasaban la noche bebiendo cerveza, entrando y saliendo para tirar las latas en la basura (que teníamos fuera porque dentro de la habitación restaría mucho espacio y sumaría mucho hedor). En el 2 vivía una madura muy interesante. En el 9 habitaba una familia de tres hijos, siempre me pregunté cómo cabrían. El 8, donde vivía una chica joven, era el apartamento más transitado con diferencia, por todo tipo de varones que no permanecían demasiado tiempo. El 13 era el más misterioso, pues nunca tenía las luces encendidas y de noche, naturalmente, no podía ver nada. Una tarde me pareció ver a una chiquilla de quince o dieciséis años espiando por la ventana, pero en seguida desapareció. Yo vivía en el último, el 20. Era un buen sitio.

Una noche salí hasta tarde con compañeros del trabajo y cuando regresé al bloque estaba muy silencioso. Solo las luces de la piscina iluminaban tenuemente el patio central. Era agosto, hacía mucho calor y estaba sudado, así que subí a por una toalla, me cambié y bajé a darme un refrescante baño. A esas horas todo el mundo estaba durmiendo. Sin embargo, al subir de vuelta a mi habitación, fui alertado por una sombra en las escaleras. Me acerqué atemorizado para descubrir a una chica muy joven, de piel morena y pelo oscuro como el carbón. ¿Era la misteriosa ocupante de la habitación número 13? No pude descubrirlo, pues en cuanto dije "hola" subió las escaleras corriendo y desapareció.

A la mañana siguiente volví a verla en su habitación, apenas su cabeza asomaba por la ventana. Le hice un gesto de saludo y esta vez me devolvió una sonrisa. Me fui a trabajar y regresé a la noche. Como el día anterior, el calor me obligó a darme un baño, pero íntimamente estaba deseando encontrarme con aquella jovencita de nuevo. Cuando, al salir del agua, vi que estaba en las escaleras, pensé que tal vez ella quería lo mismo. Me acerqué muy pausadamente para evitar que saliera en estampida de nuevo, no sé si por temor o por timidez. Era realmente hermosa, sin duda una inmigrante del país vecino cuyo exotismo y aparente fragilidad me embelesaban. Le pregunté si vivía en el 13 y afirmó con la cabeza. No parecía muy comunicativa, miraba al suelo como avergonzada. No supe con quién más vivía, aunque imaginaba que lo haría con sus padres, pese a que nunca los había visto. No recuerdo qué más hablamos (hablé yo) aquella noche, pero debí decir algo indebido y la chiquilla desapareció de nuevo.

Tardé tres o cuatro días en verla de nuevo. Volvía a casa muy borracho y la amiga de un amigo me había dejado con las ganas. Esa noche, ebrio y rebelde, decidí bañarme desnudo. Total, a esas horas no me vería nadie. Ingenuo de mí, había olvidado los episodios anteriores con mi misteriosa amiguita. Volviendo al piso ya refrescado, la vi sentada en los escalones como otras veces. Ya he dicho que era muy hermosa, yo iba bebido... me envalentoné. Para mi sorpresa, ella no salió corriendo. Un pequeño rubor encendió sus mejillas cuando nuestros cuerpos estuvieron próximos. Tomé su mano y la puse en mi pene. Le pregunté si quería venir a mi habitación y asintió en silencio. La cogí en volandas, su piel era apetecible y fresca por esperarme a la intemperie o tal vez por el miedo escénico del momento. En mi habitación hicimos el amor, si bien son difusos los detalles. Solo sé que ella no habló, pero me abrazaba con ternura como yo me abrazaba a su cuerpo, para de repente tornarse pasional y moverse frenéticamente al tiempo que me arañaba la espalda con ímpetu.

A la mañana siguiente amanecí solo, con resaca y un ligero sentimiento de culpa por haber yacido con una adolescente. Aquel día transcurrió entre el sopor y no tuve noticias de ella. Ni los días posteriores. Un tanto intranquilo, me acerqué a su puerta y llamé con los nudillos. Quizá por fin conocería a los padres, pensé. Pero nadie me abrió, ni parecía que hubiera habido alguien en casa en mucho tiempo. Esa noche pregunté a la casera por la chiquilla de la habitación número 13 y ahogó un grito mezcla de angustia y conformismo. Estas fueron sus palabras, al menos como yo las recuerdo:

"Ha conocido usted a la niña. Se llamaba Claudia y vivió aquí un par de años con sus padres. Un verano llegó al bloque un gringo muy apuesto y comenzaron a tontear, pese al disgusto y la negativa de sus progenitores. Ella se las ideaba para verse con él, a veces se escapaban un día entero, pero reservaba para más adelante su tesoro más preciado. Todos dudábamos de las intenciones de aquel hombre, hasta que al fin una noche no pudo reprimirse y la violó. Al tejano nadie lo volvió a ver, ni siquiera pasó para que le devolviera el depósito. El padre de la chica era muy tradicional y la culpó de lo sucedido, por desobedecerles y andar provocando. Claudia se pasó semanas enteras llorando sin salir de casa. Un día desapareció. Encontraron su cuerpo una semana más tarde. Estaba ahogada en un pozo con varias piedras atadas a sus tobillos. La autopsia reveló que estaba embarazada. Nadie sabe lo que sucedió. Hay quien dice que el gringo regresó para no dejar cabos sueltos quitándola de en medio. Otros dicen que el padre enloqueció y la mató. Algunos piensan que se suicidó. El caso fue cerrado por falta de pruebas y ya nunca sabremos qué pasó. Desde entonces nadie ha ocupado la habitación número 13, pero dicen que la niña se aparece a aquellos jóvenes que le recuerdan su fugaz y fatal amor de verano."

Sentí un escalofrío, además de acentuarse mi sentimiento de culpa. ¿La chica era un fantasma? ¿Tal vez lo había soñado todo? Pero entonces, ¿qué eran aquellas marcas profundas de amor en mi espalda?

No aguanté mucho tiempo y un mes más tarde ya me había mudado a otro apartamento. Nunca volví a saber nada más de aquel asunto.





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Una noche de agosto, Michael regresaba del cine a su apartamento, en un bloque a las afueras de Los Ángeles. Hacía poco que se había mudado, vivía en el número 1, al lado de las escaleras que subían al segundo piso. Estaba abriendo la puerta cuando vio a una chica joven sentada en los primeros escalones. Fue a saludarla, pero ella subió las escaleras corriendo y desapareció.

25/2/13

Oscar 2012 [Actualizado]

Bueno, ya hace un par de días que los Oscar de 2012 (dados en 2013) concluyeron y ahora que ha acabado incluso la resaca de los mismos es momento de hacer una pequeña lectura más sosegada. Hubo guapos y guapas por la alfombra roja (aunque si atendiéramos a la visión muchos blogs de mujeres pareciera que solo representantes del sexo femenino desfilaron) por allí y hay opiniones para todos los gustos, la mayor parte de las cuales está claramente condicionada por el grado de simpatía o envidia que tenga la opinadora por la famosa.

Curiosamente una de las acertantes de pleno vox pópuli no es otra que Jennifer Lawrence (o JLaw para los amigos, nada que ver con uno de los hombres más guapos del planeta) quien, además de arrasar por la alfombra roja, ganó el Oscar a Mejor actriz, se cayó con gracia y casi es ayudada a incorporarse por Hugh Jackman. Me alegré particularmente por ella porque parecía la única posibilidad que tenía Silver Linings Playbook de no irse de vacío. Sé que muchos han criticado el elevado número de nominaciones de esta película diciendo que no es más que una comedia romántica al uso, pero discrepo profundamente: ni me parece al uso, ni me parece particularmente alto que tuviera 8 nominaciones si consideramos que la mitad de ellas eran actorales (que, no me cansaré de decirlo, van un poco a su aire) y las otras... en fin, es el gran debate sobre el que volveré algún otro día.

Antes, si hubo un ganador absoluto en la ceremonia fue sin duda Ben Affleck. Curiosamente no estaba siquiera nominado a mejor Director pese a que su película, Argo, cumplió con las expectativas llevándose el gato al agua, lo que lo subió al escenario igualmente porque era uno de los productores (junto con Clooney y Grant Heslov). En un año tremendamente repartido (de hecho Argo ganó menos Oscar que Life of Pi y los mismos que Les Misérables), al bueno de Ben le benefició el haber sido injustamente olvidado, según muchos, incluso de las nominaciones.

Otros protagonistas de la noche fueron Daniel Day-Lewis, primer actor en conseguir tres Oscar como Mejor actor principal, o Ang Lee, Quentin Tarantino y Christoph Waltz, ganando todos ellos su segundo Oscar en Dirección, Guión original y Actor secundario respectivamente. Aunque para sorpresas, Michelle Obama dando el Oscar a Mejor película desde la Casa Blanca. Cosas del cine.

Espero que disfrutaseis, en directo o al amanecer, de la que es una de mis noches preferidas del año. Y recordad: el truco es no darle importancia. :-)





↓↓↓ Aquí debajo está la retransmisión de la gala en directo ↓↓↓

(Leer de abajo hacia arriba)

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06:00 > Se acabó lo que se daba. Galardones muy repartidos, tal y como se preveía, en una gala que ha ido de más a menos, con no demasiadas sorpresas. Argo ha resultado la película ganadora con solamente tres Oscar, empatada con Les Misérables. Life of Pi ha ganado cuatro, incluyendo mejor Director, pero no se ha llevado la gloria. Django Unchained y Lincoln se han llevado dos cada una (como Skyfall, aunque en este caso son menores).
Despido aquí el directo, gracias a los que me habéis acompañado, en silencio o no. :-)

05:56 > Pues la Primera Dama anuncia el triunfo de Argo. Grant Heslov, uno de los productores, habla primero. Y da paso y reivindica repetidas veces a Ben Affleck, productor y director no nominado de la película. El tercer productor es George Clooney.
Best Motion Picture of the Year (Película)
Ganador: Argo
Mi predicción: Argo

05:52 > Jack Nicholson anunciará cuál es la película ganadora. Ojo, fue él quien reveló el triunfo de Crash el año en que Ang Lee ganó su primer Oscar como director por Brokeback Mountain como he dicho más abajo. ¿Premonitorio? Ahora da paso a... ¡Michelle Obama!

05:46 > Y Meryl Streep, ganadora por mejor Actriz principal el año pasado, hará entrega del Oscar a mejor Actor principal. El ganador es... el mejor actor de la historia, Daniel Day-Lewis.
Best Performance by an Actor in a Leading Role (Actor principal)
Ganador: Daniel Day-Lewis (Lincoln)
Mi predicción: Joaquin Phoenix (The Master) ✖

05:42 > Jean Dujardin, ganador como mejor Actor principal el año pasado por The Artist, dará el Oscar a mejor Actriz principal. La ganadora es... ¡¡Jennifer Lawrence!! :D
Best Performance by an Actress in a Leading Role (Actriz principal)
Ganador: Jennifer Lawrence (Silver Linings Playbook)
Mi predicción: Jennifer Lawrence (Silver Linings Playbook) ✔

05:34 > Jane Fonda y Michael Douglas van a dar el Oscar al mejor Director. Y el ganador es... Ang Lee, por Life of Pi. Segundo Oscar para Ang Lee tras el conseguido por Brokeback Mountain. Curiosamente, aquel año ganó otra película y la suya quedó con tres. Este año está siendo muy parecido.
Directing (Director)
Ganador: Ang Lee (Life of Pi)
Mi predicción: Michael Haneke (Amour) ✖

05:24 > Charlize Theron y Dustin Hoffman dan el Oscar a mejor Guión adaptado. Es para Argo, que se acerca a la cabeza. Y dan también el de Guión original para... ¡Mr. Tarantino! Segundo Oscar tras el de Pulp Fiction, en la misma categoría.
Best Writing, Screenplay Based on Material Previously Produced or Published (Guión adaptado)
Ganador: Chris Terrio (Argo)
Mi predicción: Chris Terrio (Argo) ✔
Best Writing, Screenplay Written Directly for the Screen (Guión original)
Ganador: Quentin Tarantino (Django Unchained)
Mi predicción: Quentin Tarantino (Django Unchained) ✔

05:22 > Quedan los 6 "gordos" y el pescado por venderse. Les Misérables y Life of Pi llevan 3 Oscar cada una y Argo, Lincoln, Zero Dark Thirty, Django Unchained y Amour llevan 1. Silver Linings Playbook y Beasts of the Southern Wild, de momento, no tienen ninguno.

05:08 > Salen al escenario Richard Gere, Renée Zellweger, Catherine Zeta-Jones y Queen Latifah, o lo que es lo mismo, el reparto de Chicago. Van a dar el Oscar a mejor Banda sonora original. Es para Life of Pi. Ya de paso dan el de mejor Canción original. Lo ganan, como se preveía, Adele y Paul Epworth para Skyfall con su canción homónima.
Music Written for Motion Pictures, Original Score (Banda sonora original)
Ganador: Life of Pi (Mychael Danna)
Mi predicción: Lincoln (John Williams) ✖
Music Written for Motion Pictures, Original Song (Canción original)
Ganador: Skyfall ("Skyfall", de Adele & Paul Epworth)
Mi predicción: Skyfall ("Skyfall", de Adele & Paul Epworth) ✔

05:04 > Muy repartidos los Oscar hasta el momento. Les Misérables manda con 3, Life of Pi lleva 2, y las demás favoritas solamente uno (o ninguno).

04:54 > Otra pausa. Dicen que George Clooney se parece cada día más a Sean Connery. ¿Qué decís?

04:50 > Salma Hayek súper delgada.

04:48 > En esta segunda hora solo han dado 5 Oscar. Como todos los años, empiezan rápido y luego van ralentizándose. Daniel Radcliffe y Kristen Stewart van a dar el Oscar a mejor Diseño de producción. Lo gana Lincoln.
Production Design (Diseño de producción)
Ganador: Lincoln
Mi predicción: Anna Karenina

04:44 > Nicole Kidman en el escenario.

04:32 > Qué guapa es Sandra Bullock. Va a dar el Oscar a mejor Montaje. Lo gana William Goldenberg por Argo. Por fin, primer Oscar para la peli de Affleck.
Editing (Montaje)
Ganador: William Goldenberg (Argo)
Mi predicción: William Goldenberg, Dylan Tichenor (Zero Dark Thirty) ✖

04:22 > Anne Hathaway gana el Oscar a mejor Actriz de reparto. Uno de los que menos dudas ofrecía. Se lo da Christopher Plummer, ganador el año pasado.
Best Performance by an Actress in a Supporting Role (Actriz de reparto)
Ganador: Anne Hathaway (Les Misérables)
Mi predicción: Anne Hathaway (Les Misérables) ✔

04:12 > Mark Wahlberg y el oso Ted en el escenario. Van a dar los Oscar de sonido. El primero, Sonido (Sound Mixing) es para Les Misérables. Y Edición de sonido (Sound Editing) es para... ¡hay un empate! ¿En serio? Creo que es la primera vez que lo veo. El primero es para Zero Dark Thirty y el segundo para Skyfall.
Sound Mixing (Sonido)
Ganador: Les Misérables
Mi predicción: Argo
Sound Editing (Edición de sonido)
Ganador: Zero Dark Thirty & Skyfall
Mi predicción: Argo

03:54 > John Travolta en el escenario. Lo veo joven.

03:50 > Salen dos guapas: Jennifer Garner y la nominada Jessica Chastain. Darán el Oscar a mejor Película de habla no inglesa. Obviamente lo ganará Amour. Y así es. Teniendo en cuenta que estaba nominada a mejor Película (en global) y las otras cuatro no, no había lugar a la duda.
Foreign Language Film (Película de habla no inglesa)
Ganador: Amour (Austria)
Mi predicción: Amour (Austria) ✔

03:48 > Apenas una hora desde el primer galardón, ya se han dado 10 de ellos. Quedan 14. Están yendo rápido.

03:44 > Ben Affleck va a anunciar el mejor Documental. Es para Searching for Sugar Man.

03:38 > Sale Liam Neeson. Me encanta este hombre.

03:34 > Curfew gana a mejor Corto. Shawn Christensen, director, guionista y protagonista, agradece entre otros a su compañera de reparto, Fátima Ptacek (de doce años). Fátima es la voz de Dora la Exploradora en la actualidad. Aquí una foto de ambos a su llegada a la gala. Inocente gana el mejor Corto documental.

03:30 > Aprovechando una pausa, veamos más fotos. Así llegaba a la ceremonia el gran ausente en las nominaciones a mejor Director: Ben Affleck. Otro guapo con barba. Y aquí con Jennifer Garner, su esposa y madre de tres hijos. Vaya pareja.

03:16 > Jennifer Aniston y Channing Tatum dan el Oscar a mejor Vestuario. Lo gana... Anna Karenina. También se veía venir. Y también dan el de Maquillaje, que es para Les Misérables.
Costume Design (Vestuario)
Ganador: Anna Karenina
Mi predicción: Anna Karenina
Makeup and Hairstyling (Maquillaje)
Ganador: Les Misérables
Mi predicción: The Hobbit: An Unexpected Journey

03:06 > Cinco "Vengadores" presentan el Oscar a mejor Fotografía. Es para... Life of Pi. Y también dan el de Efectos Visuales. Es para... ¡Life of Pi! Dos Oscar seguidos.
Cinematography (Fotografía)
Ganador: Life of Pi
Mi predicción: Life of Pi
Visual Effects (Efectos visuales)
Ganador: Life of Pi
Mi predicción: Life of Pi

03:02 > La maravillosa Reese Witherspoon sale mientras suena Walk the line en instrumental. Me encanta.

03:00 > ¡Brave gana a mejor Película de animación! Tampoco me lo esperaba, la verdad.
Animated Feature Film of the Year (Película de animación)
Ganador: Brave.
Mi predicción: Wreck-It Ralph

02:58 > Paperman gana a mejor Corto animado. Estaba cantadísimo.

02:48 > Y vamos ya con el primer galardón, uno de los gordos: mejor Actor de reparto. Como es tradición, lo da la ganadora a mejor Actriz de reparto del año anterior, en este caso Octavia Spencer. And the Oscar goes to... ¡¡Christoph Waltz!! Increíble, primer Oscar y primera gran sorpresa. No estaba en las quinielas. Segundo Oscar (en sendas nominaciones) en solo cuatro años.
Best Performance by an Actor in a Supporting Role (Actor de reparto)
Ganador: Christoph Waltz (Django Unchained)
Mi predicción: Tommy Lee Jones (Lincoln) ✖

02:40 > El primer numerito musical sobre tetas en el cine ha estado gracioso. Penélope Cruz y Kate Winslet, entre otras, han sido nombradas. Luego, Channing Tatum y Charlize Theron bailando. Y ahora, Daniel 'Harry Potter' Radcliffe y... ¡JGL! Adoro a este hombre (Foto). Dos bailes cortos y amenos. So far, so good.

02:30 > Esto empieza. Sale Seth McFarlane. Un comentario sobre Tommy Lee Jones inicia las primeras risas. Luego, una brillante puya a la Academia sobre la no-nominación de Ben Affleck como mejor Director (por Argo). Genial comienzo.

02:20 > ¡Diez minutos para que comience la ceremonia!

01:50 > Más guapas: Zoë Saldaña, Amy Adams y Jennifer Lawrence. Imposible quedarme con solo una. Y el chico de moda, Joseph Gordon-Levitt. Aquí tenemos a Sandra Bullock, siempre me ha gustado esta mujer.

01:40 > Me encantó Chris Tucker en Silver Linings Playbook.

01:30 > Guapos y guapas van desfilando por la red carpet más famosa del mundo. María Menounos posa espectacular. Jessica Chastain ha sido una de las nominadas más madrugadoras. Luci Alibar, nominada a mejor guión adaptado por Beasts of the Southern Wild, también luce ya por la alfombra roja.

01:20 > Dejo mi quiniela de estos Oscar 2012 en el primer comment. Podría hablar largo y tendido de ella, y desde luego no es el año que más seguro estoy de lo que he puesto, pero destacaré sobre todo dos categorías que considero bastante difíciles: la de mejor Director, donde apuesto por Haneke porque tanto Spielberg como Ang Lee ya ganaron una vez sin ganar también mejor película, y me extrañaría que les dejaran dos veces con la miel en los labios. Evidentemente mis dudas parten de que creo que la mejor película la ganará Argo y su director, Ben Affleck, ni siquiera está nominado. Y mejor actriz principal, he acabado apostando por Jennifer Lawrence porque dudo que Silver Linings Playbook se vaya de vacío en el apartado actoral teniendo un nominado en cada categoría (y pensando que los otros tres no se lo llevarán, claro). En todo caso, hasta el final he estado entre ella y Emmanuelle Riva por Amour. Además, tengo el pálpito de que Daniel Day-Lewis no ganará su tercer Oscar como mejor Actor principal (sería algo histórico) esta noche, aunque me gustaría que lo hiciera.

01:00 > Ya es 25 de febrero en España así que oficialmente es el día de los Oscar. Por si alguien duda si hay un error en el título del post, como muchos ya sabéis, cada año se entregan las estatuillas correspondientes al año anterior, por lo que en esta 85ª gala de la Academia se premia a las películas de 2012. ¡Comenzamos! :D

20/2/13

Onanista en el edificio de enfrente

Acostumbraba merendar todos los días en el balcón. Se sacaba su café con leche y alguna pieza de bollería y los deglutía en silencio mientras observaba, cual centinela, la actividad de la calle. Los chiquillos salían de un colegio cercano, eran fáciles de distinguir por su uniforme y por el griterío que siempre les acompañaba. Señoras con carros iban y venían, algún coche patrulla pasaba de vez en cuando. Era una calle normal, de un barrio sencillo, de una ciudad cualquiera. A veces Muriel fijaba su vista más arriba, en balcones y ventanas ajenos. A muchos los conocía, claro: del barrio de toda la vida, como suele decirse.

En el tercer piso del edificio de enfrente vivía una pareja joven. La chica trabajaba fuera, por lo visto, mientras que él pasaba la mayor parte del tiempo en casa. Lo sabía porque tenía la enorme televisión justo delante de la ventana, y lo habitual era ver en la misma el verde inequívoco de un campo de fútbol. Incluso cuando tenían echadas las cortinas, blancas y no del todo opacas. Cuando estaban descorridas, naturalmente, podía ver algo más, aunque nunca los distinguió completamente, más allá de un torso o unos brazos de vez en cuando. A veces, una bonita melena rubia o un pelo rapado y moreno. No solían asomarse al balcón -modernos que no tienen tiempo de observar el mundo, se decía ella- y el sofá que se oponía a la tele le impedía ver mucho más. De todas formas, no era tan cotilla, simplemente le gustaba saber quién vivía dónde.

Sin embargo, hubo un día que su curiosidad hacia el 3ºC se vio seriamente incrementada. Por primera vez en meses, la pantalla de enfrente no reflejaba un verde césped. Es más, no reflejaba nada: la tele estaba apagada. Fue así al día siguiente, y también al otro. Muriel pensó que se habrían mudado, aunque no podía saberlo con certeza porque el portal del edificio estaba en otra calle, girando la esquina, y no lo veía desde su propio balcón. ¿Se habrían largado? ¿Serían realmente pareja o solo compañeros de piso? ¿O incluso hermanos? Si no hubiera estado en el paro se habría ahorrado todas estas disquisiciones, pero con treinta años y mucho tiempo libre, había pocas cosas mejores que hacer.

Una tarde se le cayó la magdalena al suelo, con la suficiente fortuna de no salir volando por la calle en pos de la cabeza de algún inocente. El motivo: que tras varias semanas de silencio catódico, la televisión volvía a estar encendida. Y no con cualquier cosa. Lo que veía a través de la ventana, distinguible pese a la distancia -y pese a que no era una calle estrecha, tampoco- era una película porno. No inventaré que le llegaban los gemidos, pero aunque no habría podido distinguir a las actrices (tampoco es que se les viera la cara a menudo), aquello era una porno sin ningún género de dudas.

Desgraciadamente, Muriel había encontrado trabajo, así que al día siguiente no pudo repetir su ritual vespertino. A cambio, eso sí, se le antojó cenar al fresco. Cuál no sería su sorpresa al comprobar que la tele estaba encendida y, de nuevo, emitiendo porno. Estuvo dos horas esperando que el heroico espectador quedase satisfecho y apagase la tele, pero esto no sucedió hasta pasada la medianoche. Al día siguiente se repitió la escena. Y al otro. Y al otro. El fin de semana, por curiosidad, se asomó al balcón de buena mañana. Con alivio comprobó que la tele estaba apagada. Pero por la tarde volvió a encenderse, y volvió a lanzar porno al ambiente. Y así todo el día. ¡Cada día, a todas horas!

¿Quién sería el pajillero? ¿Sería un viejo verde? ¿El típico friki con coleta? ¿O un muchacho apuesto sin suerte en el amor? Muriel quiso creer esto último, y más cuando una noche vio -o creyó ver- a un chico atlético incorporándose en la parte que veía del sofá (que, por todo lo que sabía, perfectamente podría haber sido un invitado). Comenzó a picarle la curiosidad, y lo que no era la curiosidad también, y quiso saber más. Pero, ¿cómo? Tenía que reconocer que el misterioso inquilino le intrigaba. Y el porno que veía no estaba nada mal: nada de las cerdadas ultrapervertidas que coleccionaba el salido de su ex, no. Bueno, a decir verdad tampoco podía distinguir hasta ese punto, ¿le estaría idealizando? En todo caso, un hombre que viera algo más light, donde las mujeres no eran humilladas y tratadas como mercancía, era un hombre que sabía tratar a una dama como ella. Su fantasía volaba. Ya no salía al balcón. Ahora se quedaba tras el ventanal, proporcionándose placer cada noche, como solidarizándose con ese macho alfa al otro lado de la calle.

Varias semanas más tarde supo que estaba obsesionada. Se encontraba pensando en el extraño de enfrente a todas horas, así que urdió un plan infalible: se presentaría en su casa con cualquier excusa y, como la tele estaría puesta, preguntaría qué era eso que se oía... lo escuchara realmente o no. Partía con esa ventaja. El sábado, a la hora de la siesta, comprobó que la tele seguía escupiendo porno. Se puso su ropa de salir, se pintó los labios con Russian Red -¿qué si no?- y fue a la caza del hombre. Llamó a una puerta cualquiera, diciendo ser propaganda, y dos minutos más tarde se hallaba ante su puerta. ¿Cómo sería? ¿Qué cara pondría? La suerte estaba echada, el timbre había sonado. Con una sonrisa notó cómo el sonido inequívoco era amortiguado, pero no detenido. Podría fingir que tenía muy buen oído.

La puerta se abrió. Y tras esta apareció una chica joven y guapa, con una bonita melena rubia. La misma, juraría, que veía ocasionalmente cuando aquella tele emitía fútbol. En cuanto vio a Muriel, esbozó una sonrisa pícara.

- Ah... hola. Me llamo Muriel, yo... uhmmm... soy del censo... Aquí me consta que... que vivía una pareja... ¿Eres nueva?
+ No, ya llevo aquí casi un año. Pero antes vivía con mi pareja, sí. Ahora vivo yo sola.
- Oh, ¿usted sola? De acuerdo...

Muriel estaba descolocada de verdad, así que no necesitó hacer una pausa dramática para que reinara un incómodo silencio, roto por un gemido más audible de lo normal. Puso cara de apuro y amagó una despedida.
- Bueno... yo...
+ Ah, espera. No te avergüences, chica. ¿Eso que oyes? Soy montadora de películas X. ¿Te apetece quedarte un rato?
- ¿Cómo? Ah... pues es que... tengo un poco de prisa y...

La sonrisa se hizo más pronunciada.
+ Vamos, tú eres la morenita de enfrente que se masturba todas las noches entre las sombras, ¿verdad? Pasa, pasa...

14/2/13

¿San Valentina?

Hombres y mujeres no somos iguales. Somos mucho más parecidos de lo que la mayoría (por ambos bandos) está dispuesta a admitir, pero no somos iguales ni queremos serlo. Ya sabéis eso que dicen de que ellas vienen de Venus y ellos de Marte. Seguramente es la sociedad la que nos hace diferentes. Seguramente, si naciéramos en algún lugar aislado y nos educaran exactamente igual, seríamos exactamente iguales (diferencias fisiológicas aparte, claro). Pero lo cierto es que vivimos en sociedad y nos configuran de una manera de la que luego es imposible escapar, pues ya es tarde. Si fuéramos iguales, estadísticamente habría la misma cantidad de mujeres a las que les gusta el fútbol que de hombres. Y no es así. Aunque el paso del tiempo nos lleva hacia la igualdad social de géneros, el hombre al que no le gusta el fútbol sigue siendo raro (no en sentido peyorativo, sino estadístico), quizá sea uno de cada diez (seguramente ni eso), pero las mujeres aún quedan lejísimos de esa cifra.

El fútbol es un tópico, claro, pero útil para ilustrar. Podría nombrar otro millón de cosas que nos hacen diferentes. La moda, los coches, las series de mierda (jiji), los videojuegos, las comedias románticas, las pelis de ciencia-ficción, los diamantes... No es preciso que digáis que hay excepciones, en todos los ámbitos de la vida las hay, pero creo que se entiende el concepto. Estamos en 2013 y sigue habiendo "cosas de mujeres" y "cosas de hombres". Afortunadamente los matrimonios actuales distan mucho de los del franquismo, entre otras cosas porque muchas mujeres trabajan fuera de casa y antes eso era algo entre utópico e impensable. Pero hacer la comida, por ejemplo, sigue siendo generalmente cosa de mujeres. Curiosamente aquí en Valencia hay dos platos de los que se encargan los hombres: la paella y la torrà de los domingos. Casi todo lo demás, en el día a día, lo cocina la mujer. Si hay que colgar un cuadro o montar una estantería, ¿quién lo hace? Si hay que coser un dobladillo en el bajo del pantalón, ¿quién lo hace? ¿Y arreglar una radio? ¿Y comprar sábanas nuevas? ¿Y resolver un problemilla en el ordenador? ¿Y planchar?

Es así, no somos iguales. Y no queremos ser iguales. Varias de las acciones nombradas anteriormente que suelen hacer los hombres, muchas mujeres dirán que también ellas las hacen ya. Y será. También muchos hombres limpian más que antes, y cocinan más, y planchan... La mujer ha tenido un rol injustamente pasivo y servicial históricamente, y poco a poco lo estamos cambiando (para bien). Pero todavía quedan ciertos estigmas debido a ello que se reflejan en forma de discriminación positiva y donde las mujeres no desean la igualdad.

Por ejemplo, San Valentín. Resulta que el amor, qué casualidad, es una de esas "cosas de mujeres" y, por tanto, es el hombre el que tiene que regalar algo a ella. Veo a hombres con una media sonrisa de costado sintiéndose identificados ahora mismo y a mujeres mirando a otro lado. Rosas y bombones para ellas, hoy es el día comercial del amor (los que no lo celebran, huelga decir, quedan exentos), donde el hombre puede y debe demostrar a su hembra que la ama y que piensa en ella, y como todas las mujeres quieren que su macho sea detallista, íntimamente esperan un regalito, por pequeño o barato que sea, en este día tan señalado. Si se sale a cenar, que sea caballero y pague él. Hoy es su día. Su, de ellas. Pero quieren la igualdad, eh.

No obstante, esto no es nuevo de este año. Ya me llamó la atención el año pasado. En un blog que no voy a nombrar más que nada porque no recuerdo, una chica post-adolescente se quejaba de que su novio no le había regalado nada. Que sabía que estaba en contra de estos días comerciales y todo eso, pero que en el fondo le habría hecho ilusión que hubiera tenido un detalle con ella, que hasta el final del día estuvo esperando que le hubiera comprado algo. Yo le pregunté: "Y tú, ¿qué le habías comprado?". "¿Yo? Yo nada", me dijo. Repliqué entonces: "¿Esperabas un regalo por su parte pero tú no le habías comprado nada?". "No es lo mismo", fue todo lo que obtuve de ella. Tócate los huevos. O sea, que ellos -nosotros- tienen que regalar algo a ellas, so pena de ser considerados neandertales poco detallistas que van a la suya y no piensan en ellas y lo especial que es este día... ¡pero no al revés!

No creáis que es un caso aislado. Conozco parejas que lo hablan y deciden regalarse o no. En el primer caso, ambos se hacen un regalo, claro, porque está hablado. En el segundo, muchas novias conservan una mínima esperanza de que el partner haya cambiado de opinión o preparado una pequeña sorpresa. No al revés. Un hombre nunca esperará -ni recibirá- nada de su novia si se ha acordado no celebrar San Valentín. Porque sigue habiendo cosas de mujeres y cosas de hombres y el 14 de febrero, por lo visto, es para ellas.

9/2/13

Seven Bookish Sins

Ha pasado muchísimo tiempo desde que posteé por última vez un premio o un meme, o como quiera que os surja llamar a estas cosas. Por ello y porque he visto uno relativamente interesante en el blog de estrella he decidido hacerlo. Además he indagado su origen, como hacía cuando empecé con ellos hace tanto tiempo, si bien debo confesar que no me ha tomado demasiado tiempo: lo ideó una joven llamada Jane hace poco más de una semana y solamente ha pasado por seis o siete blogs antes de llegar aquí. Al menos he vuelto a recuperar la imagen que lo acompaña con su resolución original. xD Vamos con el asunto.




1) Avaricia - ¿Cuál es tu libro más caro y el más barato?
El más caro sin duda es The Lord of the Rings 50th Anniversary Edition. El más barato... varios libros fueron gratuitos (no porque me los regalaron, me refiero a que se regalaban). Pero si no contamos esos, creo recordar que compré Sentido y sensibilidad por un euro, al ser el primer número de una colección de esas que sacan en septiembre.

2) Ira - ¿Con qué autor tienes una relación de amor-odio?
Posiblemente con R. A. Salvatore, creador de la saga de El elfo oscuro que ya va por los veinticuatro números. Yo lo dejé en el decimosexto. La primera trilogía me encantó, la segunda (publicada con anterioridad, pero cronológicamente posterior) me pareció regular, después fue una tetralogía que volvió a subir el listón... y a partir de ahí la saga se pierde completamente. Me gusta más su manera de escribir que las historias que escribe en sí mismas. Es un caso claro de lo nocivo que resulta poner la mente al servicio de la industria. Salvatore trabaja por encargo. Los de Wizards le piden libros y él los escribe. Le piden que continúe con esa saga y él lo hace. Le pagan para ello. Pero posiblemente debió haber tenido su punto final hace muchos años. Ahora soy incapaz de leer nada suyo.

3) Gula - ¿Qué libro devoras una vez tras otra?
El señor de los anillos. Lo hice durante seis veranos consecutivos y ahora lo releo en inglés de tanto en tanto. Hay otros, como Yo, robot de Asimov y alguno más de ciencia-ficción que releo con cierta periodicidad, pero ninguno tanto como el primero.

4) Pereza - ¿Qué libro no has leído por flojera (desidia)?
¡Muchísimos! Prácticamente cualquier best seller moderno me da una pereza automática. Ni Harry Potter, ni Millennium, ni Canción de hielo y fuego, ni El cementerio de los libros olvidados, ni Crepúsculo, ni Los juegos del hambre. Me veo incapaz, la verdad. No es por ir a contracorriente (aunque es verdad que me fío muy poco de la opinión de las masas), es que me quitan todas las ganas.

5) Orgullo - ¿De qué libro hablas para sonar intelectual?
Jajaja, pues de ninguno, nunca se me ha ocurrido hablar de un libro para sonar intelectual. Además, habría que distinguir algo: la mayoría de personas que lo hacen con este fin ni siquiera se han leído el libro en cuestión. Una vez dicho esto, se puede aceptar que hay libros que queda bien haber leído, especialmente si se trata de obras míticas como Don Quijote de la Mancha o de ciertos autores como Shakespeare, Kafka, Dostoyevski, Cortázar... Últimamente también están muy de moda entre los círculos indies algunos escritores que no necesito nombrar y sobre cuyos libros siempre queda elegante dejar caer alguna referencia como quien no quiere la cosa.

6) Lujuria - ¿Qué encuentras atractivo en los personajes femeninos o masculinos?
Es muy difícil contestar algo así. Para empezar no hago distinción de géneros a la hora de encontrar atractivo un personaje, siempre y cuando resulte creíble. Leyendo Los pilares de la Tierra resolví que es importante que el autor consiga que el lector odie al villano para que, si le llega la hora de pagar por sus fechorías, el lector quede satisfecho. Eso, por ejemplo, haría atractivo a un personaje, el hecho de ser odiado. Pero como rasgos intrínsecos propios no tengo un canon en absoluto. Mi personaje preferido siempre ha sido Faramir, de El señor de los anillos. Es noble, es inteligente, piadoso, perspicaz y sincero. Pero lo que más me gusta de él es cómo trata a los hobbits y que, a diferencia del resto de los hombres, es inmune al poder del Anillo. Sin embargo, estoy seguro de que habrá personajes similares en otros libros que he leído y que no me habrán parecido especialmente atractivos. Ya digo que no sabría hacer una lista. Sí puedo decir que los personajes exageradamente reflexivos terminan por sacarme de quicio.

7) Envidia - ¿Qué libro te gustaría recibir como regalo?
Hace tiempo que quiero tener La fuga de Logan en inglés, pero no hay manera de encontrarlo. Me suena que ya lo dije por aquí, porque una bloggera me lo pasó en PDF y otra, que pese a ser de mi ciudad vivía entonces en Escocia, lo compró de segunda mano. Desgraciadamente hemos perdido el contacto y nunca llegué a conocerla.



Y hasta aquí. En realidad es una vergüenza que un lector tan inconstante y poco voluntarioso como yo ose realizar este meme (nunca debí llamarlos así, por cierto xD) o lo que sea. Pero es lo que hay, espero que así me hayáis conocido un poco más al menos en esta faceta (para todo lo demás, Ask). :-)

Editado: Ni que decir tiene que aunque las normas incluían nominar o 'taggear' a cinco personas, no voy a hacerlo. Al que le apetezca ponerlo en su blog o incluso en los comentarios, es bienvenido. Servíos vosotros mismos. :-)

Editado: llama la atención lo poco que cambia uno en cuatro años (click).

5/2/13

Use by

Aquella mañana parecía una mañana de sábado como cualquier otra. Isaac se levantó tarde, se duchó y bajó a la cocina a prepararse el desayuno. Era casi mediodía y no le apetecía nada pesado (los fines de semana solía desayunar huevos con bacon), de modo que optó por un bol de cereales. Vertió el contenido de la caja y abrió la nevera para regarlos con leche. Estaba a punto de hacerlo cuando su mirada se desvió al calendario de pared que tenía bajo el reloj. Era 5 de febrero. Volvió a mirar en dirección a su brazo derecho. Soltó la botella de leche, que cayó con estrépito sobre la mesa salpicándolo todo y volcando parcialmente el bol de muesli. Salió de casa sin siquiera calzarse. Ese día no había salido el sol. Atravesó el jardín sintiendo el fresco césped bajo sus pies. Dobló una esquina, esquivó una pelota que venía botando y trató de cruzar la calle. No vio el coche que acechaba por su izquierda. No se sabe dónde iba. Quizá a declarar un amor al que ya llegaba tarde. La postura de su cuerpo inmóvil, sobre la calzada, permitía ver una fecha tatuada en su brazo: 5 de febrero. Había olvidado el día que había de morir.

29/1/13

No le digas a nadie

- Así bebé. Así no más. Parate un poco. A ver, mueve la cola.

+ ¿Así está bien?

- Así, muy bien mi amor.

+ ¿Ya puedo vestirme?

- Aún no mi amor. Sacate la tanguita.

+ Nooo, ¡la tanga no!

- Vamos bebé, no me hagas repetírtelo.

+ Por favor, ¿no puedes acabar así?

- ¡La tanga puta! Si no ya sabes lo que hay.

+ Está bien...




Tres semanas antes le hicieron una foto. Fue algo inocente, una foto de verano, una niña de trece años en bikini rosa en alguna playa de Valparaíso. Pero Javiera Francisca Swagger Fernández estaba demasiado desarrollada para su edad, se vio guapa y la puso como foto de perfil en Ask. El primer día ya recibió varias preguntas desagradables. Si le gustaba mamar verga, si había cogido, si era virgen por el orto... También ofertas sexuales similares. Al principio le pareció gracioso, se sintió deseada. Luego se empezó aburrir. Acabó por no contestarlas. Hasta que llegó uno diferente. Era diferente porque no preguntaba en anónimo. Se había hecho un perfil adrede. No tenía foto de perfil ni ningún tipo de información, solo un nombre común posiblemente falso. Al principio la halagó, mostrándose picante pero no vulgar. No quería intimidar. Ella le contestó porque no era anónimo. Iba de frente, el tipo.

No tardó en subir el tono de las preguntas, siempre entre risas para que no se lo tomara a mal. Alabando su cuerpo consiguió ver otro par de fotos. A la semana todo cambió. Le preguntó qué tal le parecería que subiera sus fotos a una web de adultos. Al principio ella se lo tomó a broma, pero él no estaba de joda. Se lo repitió, ella le dijo que ni se le ocurriera. Él le dijo que las subiría y pondría su nombre, para que todo el mundo pudiera verlas. Ella se fue poniendo nerviosa. Retiró la foto de su perfil y borró las respuestas donde había colgado las otras. Él se rió de ella, diciendo que las tenía guardadas en el disco duro y que ya le había creado un perfil en alguna página triple equis.

Le ofreció negociar. Le pidió su correo, ella se lo dio. Le pidió que pusiera la webcam. Le pidió que bailara, le pidió que se mostrara sensual, verla en ropa interior. Ella fue accediendo, cegada por el miedo que le impedía pensar de forma racional. Las primeras amenazas eran estúpidas, nada pueden hacer con un par de fotos ligeras de ropa. Cuando se dio cuenta ya era tarde, pues el vídeo sí lo había grabado. Se lo mostró para que estuviera segura. La chantajeó con enviárselo a todos sus contactos. Ella quiso morir. No podía hacer nada. Solo obedecer.

Y obedeció. Al día siguiente la pena aumentó a enseñarle las tetas. Al día siguiente quiso verlo todo. Cada nueva sesión bajo coacción era grabada, cada vez la amenaza era mayor, el miedo mayor, el precio a pagar, pues, mayor.



- Así desnudita te ves bien linda.

+ Gracias... ¿podemos parar ya?

- A ver mostrate mejor. Quiero verte mejor. Ponete en cuatro sobre la silla.

+ ¿Así...?

- Así es putita. Ahora quiero que te metas algo. ¿Qué tenés?

+ ¿¡Queeeeé!?

- Mi amor, ya me oíste.




Y obedeció.

Tres semanas antes le hicieron una foto. Era una foto inocente. Hoy cuelga inerte del ventilador de su pieza.

31/12/12

Masquerade

La noche de fin de año nos reuníamos en un palacete los amos de Occidente. No me preguntéis cómo se hacía, pero las invitaciones llegaban puntuales a cada uno de nosotros, a mediados de diciembre. Este 2012 alguien tuvo la brillante idea de llevar máscaras mayas. Al tratarse de una sociedad ultrasecreta, nadie conocía (ni podía conocer) a nadie. Por supuesto había sospechas, pero no servía de nada. En realidad, si hicierais una lista de cien hombres susceptibles de estar allí ese día, no acertaríais menos de ochenta. Muchos de los allí presentes comían todos los meses con otros, y esta noche volvían a compartir copa y puro sin saberlo (o sin querer saberlo). Tenía su encanto tomar champagne codo con codo con los hombres poderosos preguntándote si aquel que parecía más alto de lo normal sería el presidente de cierta empresa de motores, o ese otro junto a la ventana el dueño de las reservas de petróleo de media Sudamérica. Creo que todos encontraban un íntimo placer en la vanidad de que otros pensáramos que, efectivamente, estaban allí. Aun sin poder reconocernos ni saber a ciencia cierta dónde, quién de todos era quién. Hacíamos chistes zafios y comentábamos la excusa que, un año más, habíamos puesto a nuestras familias para ausentarnos tan señalado día. Muchos, claro, se inventaban una familia.

Un año se me ocurrió que allí todos éramos iguales. Todos distintos, pero todos iguales. Supongo que de eso se trataba. Encapuchados y enmascarados, no teníamos identidad alguna. Si hubiera venido la policía buscando a alguien, habría tenido que ir uno por uno. Si alguien gritaba "¡fuego!" nadie sabría quién era, ni podría ser delatado por su cara de culpabilidad. Cada uno de los presentes solo sabía quién era él mismo. Para cada uno, eran él y noventa y nueve extraños idénticos. Cuando un zorro ataca un gallinero, las gallinas están en clara desventaja pero, al menos, saben en todo momento de quién tienen que huir. Sin embargo, un lobo con piel de cordero es un cordero más. Los corderos no ven venir a la muerte. La información, al fin, es poder. Y de las cien personas que hay en el salón, soy la única que sabe que hay una que va armada hasta los dientes. Feliz 2013.

12/12/12

End of Darkness


Hoy hace una semana vio su fin Vampire Wars (en adelante VW), un juego de Facebook desarrollado por Zynga (empresa que acumula más odios que adhesiones por la manera en que se carga sus juegos sin temblarle el pulso) al que jugué durante algo más de dos años. Lo descubrí allá por octubre de 2010 gracias a mi amiga Ana, a quien envié una invitación para un juego de poker también extinto, y ella me picó con VW. Lo que empezó como la simple devolución de un favor acabó siendo el juego de Facebook al que más tiempo he dedicado.

Supongo que todos tenéis Facebook, algunos lo usaréis a menudo y otros os lo abristeis ex profeso para alguno de estos juegos, incluso. Resultan bastante adictivos, sobre todo al principio. Desde que tengo cuenta en dicha red social, recuerdo haber jugado a unos cuantos: Guerra de pandillas (en castellano y hasta en italiano, Guerre di bande), Dragon Wars (otro que Zynga despachó sin apenas explicaciones) y Arabian Knights durante mi Erasmus, cuyas tablas de kills y victorias lideré con puño de hierro hasta que Facebook desactivó mi cuenta. Cuando esto sucedió, obviamente, no iba a comenzar desde cero con ese juego, así que me enganché al de poker y, al poco, a VW. Y así hasta la semana pasada.

Durante cierto tiempo fui uno de esos jugadores "ciegos" que solo cuenta con sus amigos de la "vida real" para conformar su clan (que, cuanto más grande sea, mejor) y que, por tanto, tiene pocas posibilidades de ser dominador en el juego. Además, no sabía nada de sus entresijos. Un día recibí una petición de amistad de una persona, luego de otra, y de otra. Con el tiempo fui yo el que mandaba peticiones a desconocidos sin más motivo que el de agregarnos al clan y poder ser más fuertes. Y así he llegado a tener más de 500, que es el máximo de clan que se puede usar en combate (aunque puedes tener muchos más para enviar y [sobre todo] recibir regalos). Digo esto porque, cuando conoces a tanta gente, empiezas a formar parte de grupos de Facebook sobre el juego, donde aprendes un montón, intercambias habilidades (armas), conversas, te ríes, lo típico.

De todas formas, no he venido aquí a hablar de Vampire Wars en particular. Cuando los de Zynga anunciaron que lo cancelaban, en estos grupos hubo un revuelo tremendo, lógicamente. Algunos llevaban jugando desde el principio, unos cuatro años (no lo sé con certeza). Muchos habían invertido dinero (del real, del de la vida 1.0) en él, para mejorar más rápidamente y con menos esfuerzo. La mayoría juró no volver a jugar a ningún juego de Zynga, otros nos resignamos, acostumbrados a que todo lo que tiene un principio tiene un final. La cuestión es cómo afrontamos unos y otros la postrera hora.

A los de Zynga, como dioses, no les faltó sentido del humor. El último "vestuario" (con el que podías vestir tu avatar) fue de aztecas porque el de mayas lo habían usado hace ya bastante tiempo. Las últimas habilidades tenían nombres premonitorios como Apocalypse Now o Curtains (Telón). No diré que se estuvieron riendo de nosotros, pero muchos sí lo hicieron. Ahora que dicen que se va a acabar el mundo, la conclusión de un juego tan social como VW no deja de ser un ensayo sobre el fin de las cosas.

Muchos atravesaron la fase de negación. Crearon nuevos grupos a los que afiliarse para firmar documentos y exigir (o suplicar) a Zynga que continuasen con el juego. No sé si es que estaban muy enganchados, se habían gastado mucha pasta o eran muy ingenuos (o, como suele decirse, una agradable combinación de todo ello). Obviamente fue en vano.

Otros dejaron de jugar inmediatamente. Si estábamos condenados, ¿para qué prolongar la agonía? Exceso de fuerza de voluntad, falta de interés o profunda desilusión, lo cierto es que no fueron pocos los que lo abandonaron de golpe.

Unos cuantos seguimos jugando como si nada. Algunos, entre los que me incluyo, aún teníamos objetivos personales que cumplir, como llegar a cierto número redondo de muertes o a un nivel determinado, conseguir el último rango del juego (yo lo logré el penúltimo día xD) o cosas por el estilo. Otros no, otros estaban de vuelta de todo y aún así siguieron jugando, sin ningún objetivo ya en el horizonte, solo jugar por jugar, matar por matar, repitiendo las rutinas diarias como si hubiera mañana. Solo que hubo un día que no lo hubo.

No sé qué haríais vosotros si el mundo se acabase el día 21. Pasar el tiempo con seres queridos y tal, sí, pero ¿mientras tanto? Una cosa es que te digan que se acaba mañana, y otra que quedan diez días, o un mes. Yo fui del grupo de los que siguieron con su vida. Como si un presentador de informativos siguiera saliendo en la tele día tras día. Como si el panadero siguiera vendiéndote el pan. Como si tú siguieras yendo a la oficina. Así hasta el último día. Uno nunca sabe cómo va a reaccionar hasta que se ve en ese trance. ¿Dejarlo todo y dedicarse a vivir (y qué es vivir, si lo dejas todo)? ¿Suicidarse en cuanto te enteras? ¿O llegar al último día yendo a clase o al trabajo, comprando entradas para esa película que nunca llegará a estrenarse?

¿Y vosotros? ¿Habéis jugado a algún juego de Facebook? ¿Habéis acabado dejándolo por aburrimiento? ¿Os han cancelado alguno que os gustara bastante?

Y respecto al fin del mundo, ¿qué haríais de verdad? ¿De qué grupo sois?