El Dr. Andersen llegó escasos minutos antes de las ocho de la mañana. Pasó el escáner de ojo y alcanzó a su secretaria en el pasillo de rayos-x. A Gordon, el nuevo de seguridad, aún le resultaba gracioso ver a dos esqueletos hablando a través del panel.
- Buenos días, Dr. Andersen. Buenos días, Alice. ¿Mucho trabajo hoy?
- Otro día aburrido revisando tests psicotécnicos -contestó el doctor-. Salvo que Alice me haya preparado alguna reunión a última hora.
- No, señor -replicó-. Pero tal vez el día no sea aburrido. Anoche llegaron los resultados de los tests realizados por el ejército.
- ¿En serio? ¿Tan pronto? ¡Pues vamos, deprisa!
La inusual excitación del doctor se debía a un hecho efectivamente extraordinario, de otro modo más de treinta años realizando un trabajo similar habrían prevenido su reacción. Pero esta vez era distinto: por primera vez la compañía donde trabajaba, cuyo departamento no tenía rival en el gremio en cuanto a prestigio, analizaría el resultado del test del primer androide humanoide militar, una maravilla en la que el ejército había invertido tanto tiempo como dinero (y eso era mucho tiempo). El resultado de un grupo de cien individuos, uno de los cuales era el USMA-H1, estaba ahora en su despacho. Y allí fue.
Encendió el ordenador accidentalmente cuando tosió nada más entrar. Sobre su mesa había un único disco compacto. Sí, estaba anticuado. Todos bromeaban con él por seguir utilizando dispositivos del milenio pasado. En él había cien carpetas con los resultados individuales y otra con las estadísticas conjuntas. Fue directamente a la número 100, la del androide. Entró en ella y en el documento principal. Un inesperado color rojo y la palabra Suspenso le saltaron a la cara. Miró el nombre del sujeto: USMA-H1. Miró el resultado: suspenso. Y palideció.
En realidad a él le importaba un pimiento el resultado, pero no le gustaba lo que iba a tener que decirle al Secretario de Defensa, con quien se entrevistaría, en principio, la semana siguiente. Antes de nada, entró en las estadísticas. Había un 92% de aprobados. No le extrañó, eran los números habituales. La prueba 13 tenía un índice de suspenso del 7%, y la 16, de un 1%. Las dieciocho restantes tenían un 100% de éxito. Eso le llamó la atención. Volvió a los resultados del androide. Había superado diecinueve pruebas y fallado solo una. La 16. Andersen casi sonrió, habiendo previsto tal sinsentido. Lo que era más, solamente él había suspendido esa prueba, como indicaban los datos anteriores.
Decidió leer la descripción de la prueba 16. Era muy sencilla. El sujeto tenía que cooperar con un minirrobot para superar una serie de adversidades. El robot tenía varias funciones: un soplete para abrir una compuerta, un pequeño elevador hidráulico para alcanzar sitios más altos, un láser para indicar el punto exacto de disparo, cosas así. No tenía una inteligencia artificial desarrollada así que simplemente hacía lo que le ordenara el individuo a examen. Era una de las pruebas más sencillas, y así lo demostraba que todos los humanos la habían superado. El androide no.
Andersen buscó el vídeo del test del USMA-H1. Pasó las demás pruebas hasta llegar a la 16 y comenzó a verla. El androide era tan capaz como, daba por hecho, cualquier otro marine. Superó todos los obstáculos hasta llegar al final. Ahora sí estaba extrañado. El final de la prueba consistía en llevar al minirrobot a una especie de báscula gigante, que solo se activaba con su peso exacto. Al ponerse en marcha, una prensa que había en el techo descendía, aplastando al robot y abriendo la puerta de salida. El vídeo mostraba al androide sosteniendo al robot con la fuerza descomunal de sus brazos. Estuvo mirándolo fijamente un tiempo, y volvió a ponerlo en el suelo. Diez minutos más tarde, en los que la imagen parecía haberse congelado, uno de los examinadores entró y permitió salir al androide.
Lo que quedaba de mañana, se dedicó a ver la prueba 16 del resto de participantes, y la del USMA-H1, una y otra vez.
Noventa y nueve marines la finalizaron con éxito. El androide no fue capaz.
Activó el interfono.
- Alice, póngame con el Secretario de Defensa, por favor.
Un clásico vapuleado, el salmorejo
Hace 1 semana
50 comentarios:
Vaya el aondroide tenía sentimientos que el resto hemos perdido, me ha gustado mucho :)
besetss.
¿Y cómo eran el resto de pruebas?
¿Tú crees que alguna vez crearán androides con capacidades autónomas como un humano? Qué miedo me dan esas cosas. Espero que NO ocurra nunca.
Besotes
Me encantan los humanoides...estoy deseando que lleguen a nuestras vidas ¿aunque llegaremos a verlos o serán nuestros descendientes?...
Mil besos guapo
Ohhhh... qué bonito!!! :D
Si es que en el fondo de tanto latón...
Tienes una mente digna de estudio X y un corazón enoooorme y sentimental... mira que asumir que un androide salvaría por impulso la vida de un robot... hay que sentimental!! la de cosas que se aprenden de tí leyendo tus relatos :)
Tienes una imaginación acojonante...me ha encantado el planteamiento...el robot era incapaz de cargarse a un igual, pero los marines no tenían reparo alguno...que hubiera pasado si en vez de un microrobot, hubiera sido un humano el objeto de la prueba??
Bss!!!
Era de esperar que hasta un androide tendría más sentimientos que la mayoría de los marines amercianos...
Que bueno tu relato, me ha encantado, curiosa la actitud del humanoide frente a los humanos.
Besos
Me fastidia tanto darte la razón... Pero es que viendo algunos especímenes que conviven con nosotros, no me extraña nada que los sentimientos se vayan perdiendo.
En fin, otra historia para darle vueltas.
Un relato fantástico!! Si es que cada vez se nos endurece más el corazón. Vemos cada día miseria y muerte en las noticias, y después de soltar un "Qué pena!", seguimos engullendo como si nada. Llegará el día en el que sean los robots los que nos enseñen lecciones a los humanos.
Al leerlo me ha venido la imagen de la peli El hombre bicentenario, XD.
Besos ^^
Es lo que tiene la IA. Ya lo predijo Assimov en Yo Robot: en cuanto empieza a funcionar el libre albedrío dejan de parecerse a los humanos para ser buenas personas.
Salu2
Muchos deberían aprender de ese androide.
¿Suspenso?? sobresaliente diría yo.
Bss.
JOOO, qué mono :( pero qué imaginación tienes chico! me gustaaa
Preciosa historia...
Aunque me planteo la misma pregunta que Girl from Lebanom...
Sea como sea, me ha encantado la historia.
Un androide que se preocupa por sus semejantes, ni los humanos nos preocupamos por los nuestros.
Chico, qué imaginación. Me dejas muerta! jaja
a ver que le dice ahora al secretario... :P
Vaya mundo... donde los robots son más humanos que los humanos... Un beso!
Genial tu reflexión...como siempre.
¡Un relato fantástico, X ! ... Tanto dinero invertido dió buen resultado que el robot tiene también su pequeño gran corazón...
Genial.
Un abrazo.
El humaniode analizó todas las variables, sabía que el objetivo era salir de la sala y lo hizo, como estaba programado,evitando el mayor número de daños colaterales.
Una máquina no tiene sentimientos.
Estupendo el relato.
Me gustan tus historias :)
No soy muy de temas relacionados con la ciencia-ficción, pero siempre he creído que un androide jamás podrá equipararse a una persona.
Un beso :)
Nada más leerlo he pensado como la mayoría.."que tierno el robot que tiene sentimientos..no como nosotros"..pero leer el comentario de Barbaria me ha dejado pensando..y si ella tiene razón?, y si el robot lo tenía todo pensado?..
Sea como sea los humanos quedamos mal..
Besos)
mmmm nosé eh, creo que las ideas también las vieron.. xD
Pues el humanoide ya es era mas humano que muchos de nosotros...
Parece un guión de una peli.Está de muerte la historia.
Porque hay veces que los humanos nos comportamos como androides, y al final va a resultar que las maquinitas estas tienen mas corazón que nosotros.
Vivir para ver.
Muaki!
ay qué majo el androide! aunque yo creo que hay personas para todo no?
un beso!
muy buen mensaje el que transmites hoy... esperemos que los humanos no terminemos asi jamás... Aunque me temo lo peor...
Yo de mayor quiero hacer esos test cual psicóloga frustrada jajajaja
Me ha gustado mucho... tanto como que me visites, espero que no compres nunca un robot que lo haga por ti.Besines mil.
Interesante...se sintió identificado con el robot? mola la imagen final, el androde mirando al robor, pensando tal vez qué hacer.
Besitos!
Pues yo ahora quiero sen un marine de esos...que no me importe hacer daño...y también quiero ser un robot...y no hacer daño a mis semejantes...en fin...
Un beso grande valenciano "preferido".
Ohhh, era capaz de empatizar con su semejantes! Dice mucho de él.
Saludos crack
Nada es lo que parece....curioso.
Siempre me tienes que hacer pensar? que yo no estoy para eso.
Pasa un buen finde,kiss
Pues a mi no me extraña tanto que algún día se desarrollen IA con sentimientos. Es un paso lógico.
Estupendo, X.
Me has enganchado desde la primera palabra. Y el androide, encantador.
Me has recordado a Asimov y su mundo de robots.
Un beso, guapo.
Joder X eres un crack. La idea es buena pero es que el contexto, la forma de relatarlo y la situación sublime. Crear un escenario de ciencia ficción es muy complicado.
Yo por mi parte doy otra vuelta de tuerca para aumentar el miedo...
Todos habláis de sentimientos y de que el ser humano no salvaría al robot. Pero la pregunta es: si en vez de un robot fuera un ser humano lo habría salvado el androide? ¿No será acaso afinidad con un ser más parecido a él que los propios humanos?
Conclusión: el androide era un cabrón...
Supongo que los humanos reaccionarian igual si se tratara de un bebé. Aunque... nunca se sabe, con esta tendencia a ser cada vez menos empáticos.
no hace falta mucho para tener más sentimientos que algunos americanos...
un saludo :)
tus textos siempre me sorprenden.
pd:he vuelto
Un besitoooooooo!
wow, deberías escribir alguna historia algún día :) me ha gustado mucho, va a ser que quizá sea el que más capacitado esté no?
muua!
La verdad es que no me sorprendería que pasara en la realidad. Tanto avance y progreso hace que muchos perdamos la "humanidad", la vamos dejando poco a poco en las cosas que creamos...
:)
Qué peligro. Espero que jamás sea posible la existencia de un androide así. Es tierno y por ello mismo constituye una amenaza para el ser humano: paradójico.
Gracias por tu comment. En realidad por todos. Te debo un email, no lo olvido. ¡¡MUA!!
Muy bueno...
qué asquito de humanidad.
saludos
Me han entrado cosquillas
y ganas de algo tierno.
Me ha costado pillarte, pero es que hoy tengo los reflejos de un robot. Brillante, como el arroz...
Fracaso absoluto o exito no esperado! me ha recordado a uno de mis libros adolescentes..."regreso a un lugar llamado tierra"...
Me ha encantado!
Y digo yo, ¿De dónde sacas estas historias?? Eso es imaginación y lo demás tontería!!!
Un besiño
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